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Atentos a la pantalla. Atentos, sí, porque lo que mil millones de personas vamos a ver mañana va a ser muy nuevo siendo lo de siempre; puede ser innovador, brillante, profundo, chispeante, encantador y divertido... siendo, como será, lo de costumbre. Aunque en este caso ... sea el Louvre, Notre Dame, la torre Eiffel, una colección de puentes y la leyenda cultural, emocional, que la ciudad de Paris tiene en cada uno de nosotros. «¿Por qué construir decorados cuando tengo el más bello del mundo?». Thomas Jolly, un actor y director de teatro clásico, nacido en Ruán hace 42 años, tiene la responsabilidad del espectáculo con que Francia va a decirle al mundo que empiezan los Juegos. Los escenarios que ya acogieron la Olimpiada de 1900, el río Sena y sus orillas, se van a poner al servicio de una fiesta en la que, a través de una docena de cuadros, mientras los atletas desfilan en las barcazas, van a mostrar al mundo el patrimonio cultural, la historia, la tradición, el sabor y esa indescriptible sensación de placer mundano, de alegría de vivir, que lo francés -y singularmente París- viene transmitiendo al mundo desde las viejas noches de absenta de Toulouse-Lautrec. Con un toque elegante, eso sí, que incluirá la batalla por la multiculturalidad en la que la República lleva años empeñada.

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lasprovincias Sin miedo, sin duda