Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia y deja 18 atendidos por humo

A ver, Alexa: número de municipios de la Comunidad Valenciana. «Quinientos cuarenta y dos», dice la voz enlatada. Y ahora, dime el número de bandas de música valencianas. «En 2022 había 550 federadas; pero si las contamos todas, puede que lleguen a mil...».

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Pues eso, ... eso es lo que tenemos y no siempre valoramos: una riqueza cultural difícil de encontrar en otros rincones del mundo; un patrimonio apasionado que viene desde muy lejos. Y que ya en el siglo XIX conseguía lo que los estudiosos consideraban un milagro: que unas manos nudosas de campesino sacaran a un clarinete matices inesperados que hubieran complacido al mismísimo Mozart. Pero esta tierra es así: sin necesidad de ir a ejemplos lejanos, la alcaldesa María José Catalá, el martes, se recordó a sí misma, no hace tantos años, en estas noches de verano, ensayando hasta las tantas una partitura especialmente enrevesada. Después de todo un día de estudios, de trabajo, del ajetreo de la vida 'normal', en la Comunitat Valenciana hay miles de músicos, miles de educandos jóvenes, que se recetan un plus de estudios y ensayos musicales. Por puro placer cultural, por afición y rivalidad, por tradición familiar y por amor al arte...

En el lejano 1886, cuando nació el Certamen de Bandas, la chispa del éxito estuvo en convertir en espectáculo de masas tanto el deseo de las bandas de ser escuchadas en la capital como la oportunidad de cruzarse en competición con las rivales. Incluso con bandas 'eternamente' rivales, como ocurre en las ciudades -Lliria, Buñol, Cullera, etc.- donde hay dos formaciones con larga tradición y calidad. Como Elvira Asensi ha estudiado en el caso de la Primitiva y la Unió, dos formas de ser, dos maneras de sentirse vecino de una misma ciudad, incluso dos conceptos del mundo, se confrontan en el palenque de una competición cultural, con óptimos resultados.

Esa es la llamada antigua del Certamen, una fiesta musical de largo recorrido que, durante algunas épocas, ha sido casi la única razón de ser de una Feria de Julio que languidecía. Una sana batalla musical que la corporación municipal, con la colaboración de la Generalitat y la Diputación, quiere relanzar este año con nuevas propuestas y mejor presupuesto. La programación que se va a ir desgranando a lo largo del mes va a confirmar el regreso de la Feria de Julio a raíces de la tradición que no convenía olvidar.

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Por lo demás, la presentación del martes fue un ejemplo de calidad y buen gusto. ¿Qué mejor que el aire libre, desde luego a la sombra, para una agradable audición musical? Más que en la terraza del Palau de la Música parecía que habíamos vuelto a la cuna del Certamen: al pabellón de la Feria o el umbráculo de los Viveros.

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