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El miércoles, cuando llegó la noticia de la absolución de Camps, la Autoridad Portuaria estaba decidiendo que la base del Alinghi en la Copa América se adjudicara también a Lanzadera. Cuando la noticia trascendió, el presidente y la alcaldesa estaban en el mercado de Colón, ... presentando la edición 2024 de la Copa Davis. Cuando empezó a asentarse la nueva realidad política, el Valencia CF estaba anunciando la venta de los terrenos del terciario del nuevo Mestalla a la empresa Atitlán. Y es que la máquina no puede parar y en una mañana se pueden dar juntas cosas que a lo mejor antes costaba un año reunir.
La Marina, Lanzadera, la Copa América y la Davis, el mercado de Colón, el Valencia... Si nos fijamos, todos los escenarios de las noticias, bien, mal o regularmente resueltos, vienen del mismo tiempo e impulso: de la Valencia que va de 1995 a 2015, la ciudad que protagonizó y transformó la alcaldesa Barberá, con el concurso de cuatro presidentes de la Generalitat y algún arquitecto mundialmente famoso. Un tiempo dinámico como pocos y muy controvertido. Un tiempo ampuloso, brillante y a cara o cruz, con decisiones de riesgo y mayorías absolutas electorales como jamás se habían visto. Un tiempo, en fin, capaz de generar tremendas envidias, rencores políticos e incluso una animosidad cargada de malas artes. Con todo, ya lo saben: Francisco Camps ha sido declarado inocente en la última causa que tenía pendiente en los tribunales y, después de quince años de pena de telediario, el telediario deja un huequecito a la noticia de su absolución. «Diez de diez: matrícula de honor», dice el presidente Mazón hablando del expediente de su antecesor, que tuvo que dimitir, dejarlo todo y dedicar su vida y su hacienda a sortear sucesivas pruebas, banquillos y procesamientos, a cada cual más incómodo y difícil. «¿Y ahora quién paga todo el sufrimiento?». Esa misma mañana, en la edición digital del periódico, Juan Carlos Ferriol dijo todo lo que había que decir, usando la reflexión que el diputado Baldoví empleó para evocar el sufrimiento de Mónica Oltra, también declarada inocente tras perder su carrera política. ¿Habrá que recordar que el 28 de febrero de 2010 Mónica Oltra inició una carrera en ascenso al lucir una camiseta 'Wanted' contra Francisco Camps? ¿Es preciso recordar que todo nos llega en medio del debate electoral sobre el fango, a propósito del caso de Begoña Gómez y la presunción de inocencia?
«No tiene ningún sentido. Esto no le puede pasar a ningún español». En la misma mañana, Francisco Camps da una rueda de prensa y repasa su viacrucis ante las cámaras. El asunto sigue siendo el de siempre: cuándo cambiaremos las reglas que hemos creado de manera tan torpe.
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