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Pues en pocas horas ha sido posible ver el modelo que nos aguarda: exhibición de fuerza, escenificación de amenaza de castigo a base de aranceles, aceptación del país amenazado y súbito aplazamiento del castigo por parte del magnánimo Donald Trump que, sí, hace las trastadas ... que escandalizan... pero va logrando correcciones a su favor. De momento, México y Canadá han tragado la purga como Colombia; van a reforzar sus fronteras con 10.000 soldados más. Incluso El Salvador no ha podido resistir la oferta y va a ser lugar de «concentración» -como la Albania de Meloni- de los inmigrantes ilegales que le manden; incluso aceptaríamos presos comunes ha dicho su presidente en pocas horas...
No, no es modelo bonito, 'manca finezza'. Pero el presidente del tupé ha empezado a imponerlo y Europa incluso ha empezado a hacer movimientos para evitarlo desde antes de que el titular el Despacho Oval haya pedido otra caja de rotuladores. Mamá Úrsula ha sido explícita, más incluso que el responsable de la OTAN: «Europa necesita básicamente un impulso en defensa. Durante muchos años hemos invertido poco en defensa y por eso es muy urgente un aumento del gasto militar de gran magnitud». Hay que mostrar energía ante Putin y hay que contentar a Trump. De modo que hay que rearmarse, gastar más en defensa y fiar el esfuerzo sobre todo en las armas que EE.UU. fabrica: que ya son dos tercios de lo que Europa almacena y consume, pero que tienen que ser algo más.
Los europeos, para evitar sanciones, hemos de revitalizar la economía norteamericana comprando más proyectiles, también aviones y carros, y de paso tendremos que importar más gas. Y no va a hacer falta que nos repitan lo del gasto en Defensa, porque esos son temas que van para examen: España ha de subir al 5% de su PIB el gasto militar y debe aumentar en 20.000 soldados un Ejército que, con 125.000 personas en activo, no está mal, pero puede y debe ser mejor, más acorde con la posición española en el mundo.
¿Por qué el Ejército se está viendo tan sumamente poco en su trabajo diario en la zona de la inundación? Me da en la nariz que lo militar, por las razones que sea, resulta incómodo, muy incómodo, para Pedro Sánchez y sus socios de gobierno y legislatura. Y es evidente que en las televisiones lo saben. Lo curioso es que, aunque en sus años de reinado ha subido el presupuesto militar bastante, hasta los 16.000 millones anuales, el presidente usa su habitual modelo de simulación, consistente en cumplir los compromisos a regañadientes y desde luego no hacer alarde de ello salvo en casos de extrema necesidad, como es que Trump enseñe un colmillo. Y eso es lo que marca la moda.
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