Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia y deja 18 atendidos por humo

Primero de los tres importantísimos compromisos que el Valencia tiene que disputar antes del parón de Navidad. Valladolid, Espanyol y Alavés debían significar el inicio de la reacción. Para mí sumar cuatro o más puntos, en la situación que se encuentra el equipo, son buenos. ... No te sacarían del descenso, pero significarían cierta recuperación y mayores posibilidades de consumar a medio y largo plazo esa comentada recuperación. Llegados a este punto, y sin Baraja destituido, lo normal era esperar. Una última oportunidad a la que, ojalá, el equipo sepa agarrarse para iniciar un tortuoso camino hacia la salvación. Tres partidos más en prácticamente una semana, y a esperar lo mejor. Con dudas, incertidumbre, sin conocer cómo está realmente el vestuario, y sin que ellos mismos sepan cuando van a ganar, y cómo lo van a conseguir. Pero cada partido es una nueva oportunidad, una nueva final, sí, el Valencia ahora ya juega finales todas las jornadas, y eso pesa muchísimo. Y Baraja que probó, durante la semana, diferentes alternativas, en sistema y en jugadores. Desde luego, lo está probando todo. Pero no lo más importante para mí, cambiar la idea, el modelo. Puedes cambiar el sistema, pero sin cambio de idea, es complicado mejorar las prestaciones. Baraja volvió al pasado. Retorno al 4-4-2, eso sin, sin los laterales titulares, la vuelta de Pepelu, Barrenechea al banquillo, Fran Pérez por la derecha y Diego López arriba con Hugo Duro. Y tengo que decir que, en principio, me sentí reconfortado. Sin saber que iba a pasar, y en la situación tan delicada en la que el Valencia se encuentra, la elección, después de tantas pruebas infructuosas, me agradó. Sólo faltaba por ver si, además del sistema y los jugadores seleccionados, cambiaba en algo la idea, las intenciones. Y no pudo ser anoche tampoco. Nueva derrota del equipo, incluso contra diez jugadores, muchos minutos. Situación dramática, todo se vuelve en contra, una oportunidad del rival, gol encajado tras error doble de Mosquera y Tárrega. Y sobre todo la forma, la idea, el modelo. Dominamos contra diez mucho tiempo y no supimos atacar para crear ocasiones claras. Ninguna pared, ningún disparo de fuera del área, nulos argumentos ofensivos ante una defensa ultra hundida. Sólo centro al área. Insisto, el equipo adolece absolutamente de creación de juego y claridad ofensiva, y el entrenador no cree en esa idea. Si somos incapaces de mejorar en ese momento del juego, tendremos muchísimos problemas para reaccionar y recuperar. Y no tengo claro que sea con Rubén. Dos partidos más, seis de seis o no da para más.

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