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No fueron buenas las sensaciones de la derrota en Vigo ante el Celta. Segunda jornada de liga y, tras el tropiezo, más que aceptable y asumible, contra el FCB, y más que por el resultado final del encuentro que, al fin y al cabo, es ... lo que importa, por lo que más padecimos fue por el sabor de boca que nos dejó, que fue bastante amargo.
Cero puntos de seis, principio de liga, el recuerdo de cómo terminó la anterior, pero insisto, ver al equipo impotente, sin poder neutralizar la avalancha de un rival que resurge, con muchos jugadores de la academia también, y nosotros sin saber cómo disputar el tipo de partido que se nos planteó. Dudas, menos intensidad, poca claridad, no supimos cómo presionar arriba, como replegar, cómo fijar mejor a sus principales jugadores en ataque y cómo disputar. Toda una serie de virtudes que de este equipo fueron credenciales más que solventes la temporada anterior, y con el mismo entrenador.
Hay mucha tensión alrededor del club, el aficionado está enloquecido por la mala gestión en la entidad, y ni siquiera la inversión necesaria para mejorar una situación que podría complicarse con el paso del tiempo. Y en medio de todo esto, los jugadores y técnicos que llegado este momento, y con pocos días ya de mercado, son los que nos tienen que sacar de este lío. Requerirá, esta vez sí, mucha personalidad y carácter.
Y ayer, visita a Bilbao para afrontar un nuevo compromiso, ante el Athletic Club, contrincante de enjundia, poco más que infranqueable en San Mamés. Pero repito, debemos enfrentar el partido a partido, y cualquiera de ellos, por difícil que sea, supone una nueva posibilidad de sumar.
Y no pudo ser, el VCF volvió a perder. Ante un Athletic que juega con dudas, y que no propone, de momento, tanto como la temporada pasada, el equipo fue barrido en la primera mitad y controlado suficientemente en la segunda.
Un tiro a puerta en todo el encuentro, por siete de los locales en los primeros cuarenta y cinco minutos. Un palo y varias paradas resaltables del meta valencianista. Así es prácticamente imposible sacar un resultado adelante, concediendo tanto y produciendo tan poco.
Muy replegado el equipo, nos costó pasar de medio campo, y ellos acumularon una serie de oportunidades que debieron darles el gol, mucho antes. Seguimos teniendo ciertas dificultades para neutralizar al rival, y muchísimas para hacerle daño. Y eso que la segunda mitad fue mala por parte de los dos equipos. Sufrimos menos, pero no llegamos con claridad. Influenciados por la ventaja en el marcador, se metieron un poquito atrás para correr tras recuperar, pero estuvieron desacertados en el pase, lo que provocó cierta esperanza en los nuestros. Pero nada, imposible.
La situación se está poniendo complicada, cero puntos en tres jornadas, y lo que está por venir a corto plazo. El sábado, Villarreal en Mestalla. No queda otra, hay que reaccionar y ganar ya. Es una primer final.
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