La Universidad y la imposición de la barrera lingüística
FERNANDO LÓPEZ MOZOS, DOCTOR EN CIRUGÍA GENERAL Y DEL APARATO DIGESTIVO. PROFESOR ASOCIADO DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA
Miércoles, 15 de noviembre 2023, 00:20
Secciones
Servicios
Destacamos
FERNANDO LÓPEZ MOZOS, DOCTOR EN CIRUGÍA GENERAL Y DEL APARATO DIGESTIVO. PROFESOR ASOCIADO DE LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA
Miércoles, 15 de noviembre 2023, 00:20
La educación superior es uno de los pilares fundamentales en el desarrollo de cualquier sociedad. En este sentido, la selección de profesores para las universidades ... debe basarse en criterios rigurosos que garanticen la calidad de la enseñanza y la investigación. Sin embargo, en la Comunidad Valenciana, existe un requisito que ha generado controversia: la obligación de tener conocimientos de valenciano para ser profesor universitario. Aunque la promoción de las lenguas regionales es una causa noble, imponer el valenciano como requisito para la docencia universitaria plantea preguntas legítimas sobre su justificación y sus implicaciones.
Para optar a la figura de profesor universitario, las personas interesadas deben ser acreditadas por una agencia (ANECA a nivel nacional o AVAP a nivel regional) que valora los méritos de esas personas en función de su expediente, la experiencia docente, trabajos publicados en revistas indexadas, participación en libros y experiencia profesional relacionada con la disciplina a la que se opta para ser profesor, fundamentalmente. Pues bien, la Universitat de Valencia, en la publicación de sus baremos, puntúa hasta 3 puntos el haber realizado una tesis doctoral, y 7 y 10 puntos respectivamente para los niveles de C1 y C2 de valenciano. Pero se profundiza más aún, las figuras de profesor contratado-doctor, titular o catedrático, exigen el C1 como requisito para poder optar a la plaza de profesor. Si se analiza el subgrupo de estudiantes que se apuntan a los grupos de clases en valenciano, éste llega al 30 %, siendo el 70 % restante en idioma castellano o inglés.
La palabra 'universidad' relacionada etimológicamente con 'studium generale' referido al estudio general o universal del saber, parece sugerir un concepto abierto y organizado para la difusión del conocimiento, sin levantar barreras que impidan de alguna manera este propósito. Aún reconociendo que la promoción de las lenguas regionales es importante para preservar y enriquecer la diversidad cultural, el valenciano, como lengua cooficial de la Comunidad Valenciana, merece atención y apoyo. Sin embargo, la universidad es un espacio de conocimiento y aprendizaje que debería priorizar la excelencia académica por encima de cualquier otra consideración. La imposición del valenciano como requisito para la enseñanza universitaria plantea un dilema entre la promoción de la lengua y la calidad de la educación.
El principal problema de esta medida es que puede limitar la disponibilidad de profesionales altamente capacitados para ocupar posiciones docentes en las universidades valencianas. La investigación y la enseñanza a nivel universitario exigen un alto nivel de competencia en la materia y en la pedagogía. No se puede dar el lujo de excluir a candidatos altamente cualificados simplemente porque no dominen el valenciano. Esto restringe la variedad de perspectivas y experiencias en el aula y, en última instancia, disminuye la calidad de la educación superior.
Además, la imposición del valenciano como requisito para ser profesor universitario podría tener consecuencias negativas en términos de movilidad académica. Las universidades atraen a profesionales de todo el mundo que enriquecen la vida académica y cultural de la región. Al imponer el valenciano como un requisito, se corre el riesgo de alejar a candidatos extranjeros y de otras partes de España que pueden aportar conocimientos valiosos a las instituciones académicas locales. Esto no solo empobrece la diversidad cultural, sino que también limita las oportunidades de colaboración internacional y el intercambio de ideas en un mundo cada vez más globalizado.
El actual gobierno trae en su programa electoral la libre elección de idioma en todas las etapas educativas. Es un buen momento para que el Presidente, el Sr. Mazón, tomase nota de lo que lleva pasando en la Universidad en la Comunidad Valenciana durante muchos años. Resulta curioso el artículo 10.1 de los Estatutos de la Universidad de Valencia, el cual dispone que entre los derechos de los miembros de la comunidad universitaria se encuentra el derecho a la no discriminación por razón de lengua.
La imposición del valenciano como requisito plantea preocupaciones legales y éticas. ¿Es justo discriminar a los candidatos que no hablan valenciano, incluso si tienen las credenciales y la experiencia necesarias para el puesto? Esta medida podría ser considerada una forma de discriminación lingüística, lo que va en contra de los principios de igualdad y no discriminación que deben prevalecer en cualquier sociedad democrática.
En lugar de imponer el valenciano como requisito para ser profesor universitario, sería más sensato promoverlo como una habilidad deseable pero nunca obligatoria. Esto permitiría a los candidatos que lo dominan destacarse, pero no excluiría a aquellos que no lo hablan. Se podrían ofrecer programas de formación en valenciano para aquellos interesados en mejorar sus habilidades lingüísticas, lo que fomentaría la promoción de la lengua regional de una manera más inclusiva. Pero no podemos olvidar lo que resulta esencial en un profesor: talento, capacidad pedagógica, conocimiento de la disciplina que se imparte e imparcialidad ideológica en las aulas. La difusión del conocimiento no puede estar bajo el yugo político e ideológico.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.