La Policía Autonómica detuvo días atrás a un gorrilla por asestarle varias cuchilladas a otro aparcacoches ilegal que, al parecer, había invadido el tramo de Beltrán Báguera que él explotaba. No es la primera vez que las calles de Valencia se tiñen de sangre por ... estas miserables contiendas territoriales. La disputa por el dominio de ese mismo asfalto se saldó en mayo con siete heridos y ocho detenidos. Ya en 2008 hubo peleas por el control del aparcamiento en el barrio del Carmen. Al año siguiente hubo enfrentamientos por análogo motivo en los alrededores de La Fe de Campanar y en uno de ellos le cortaron la yugular a un reincidente. En 2016 un conductor consideró que con abonar la ORA y darle una propina de 10 cms. al gorrilla había más que cumplido y se liaron a golpes. Y en agosto de 2020 un gorrilla le partió la crisma al otro con un ladrillo y causó daños en la carrocería de la berlina que empleó como pilón en El Cabanyal. Una atrocidad fruto más de la desesperación que del beneficio. Víctor G.y Mª Ángeles D., la pareja que mató a un competidor frente al Hospital General en 2012, obtuvo un botín de 2,5€. Una propina incomparable con la elegancia con que los fabricantes de cierto refresco americano, por ejemplo, fundieron sociedades, intercambiaron acciones y se repartieron el mercado español como buenos hermanos. Ni que decir tiene que no todos los gorrillas son así de violentos. Una amiga está tan encantada de lo correcto que es el que le cobra el pontazgo cada mañana que cualquier día lo invitará a comer. Y yo mismo conozco a uno tan formal que varios de sus clientes habituales le dejan las llaves para que les aparque el coche en cuanto haya un hueco. La pega del gorrilla común es que presta un servicio no solicitado basado en la extorsión tácita. Y ahí nos duele. Pero sus guerras comerciales son como la que mantienen EE.UU. y China. Muy especialmente porque asistimos a ellas horrorizados, pero como simples espectadores. Ni las distintas policías que nos custodian se dignan a cortarlas, digo yo si porque están esperando a que intervenga la CNMC por aquello que es la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. O los servicios sociales, por la parte que les toca. Capaces son. Lo que no debemos hacer en cualquier caso es escandalizarnos. Estas toscas formas de asegurarse un lugar al sol no son nada al lado de la acusación de encargar espiar a rivales y políticos que pesa contra un expresidente de banco o de la decisión de FCC Aqualia de entregar al juez un informe detectivesco contra la esposa del exjefopie de Agbar para tratar de amarrar un contrato.
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