La 1ª derrota de Mazón

A Ximo y a Francis Puig les salió un criado respondón, un empleado de Comunicacions dels Ports que les arrebató el ayuntamiento que habían estado ... administrando directa o indirectamente sin interrupciones desde hacía 32 años; el PSPV y el PP se jugaron la alcaldía de Gestalgar a los dados tras empatar a 207 votos; los Ferrer, padre e hijo, se disputaron el poder en Beniatjar; solo un partido manifestó interés en gobernar el caserío de Ballestar... Pero si yo tuviera que elegir una de todas las anécdotas e incidentes ocurridos durante los comicios del 28M me quedaría con la refriega que menos ha dado que hablar, a pesar de que es la más novelesca de todas y de que, en no poca medida, la provocaron los dos últimos presidentes de la Diputación de Alicante. César Sánchez comunicó a la dirección del partido que le gustaría volver a opositar a la alcaldía de Calpe. Tanto él como Mazón Guixot (Mazón Yesón en cuanto cierre la Oficina de Derechos Lingüísticos) dieron por supuesto que la entonces alcaldesa calpina, Ana Sala, se comportaría como Isabel Bonig cuando Pablo Casado y García Egea le ordenaron que renunciara la presidencia del PPCV. Y se equivocaron de medio a medio porque Sala no aceptó la apartaran de un codazo. Su marido improvisó en un par de meses una candidatura independiente, Somos Calpe. Y entrambos consiguieron los apoyos electorales y postelectorales suficientes como para dejarles con tres palmos de narices. No sin antes haber coprotagonizado y sufrido la campaña más sórdida, virulenta y marrullera de cuantas se han celebrado en la Comunidad Valenciana desde la Transición. La escalada de violencia comenzó con el despidió de las dos asesoras que se mantuvieron fieles al PP. Se agravó con la denuncia interpuesta por un vecino contra un miembro de Somos Calpe por agredirle, amenazarle de muerte y llamarle por teléfono al día siguiente para decirle que lo atropellaría con el coche. Y la que el nº 5 de la candidatura de Somos Calpe, Pedro Heinz, presentó a continuación contra el marido de una de las exasesoras e integrantes del cartel de César Sánchez por intentar arrollarle mientras repartía propaganda en una urbanización. Pero no alcanzó el culmen hasta que el habitualmente ponderado exalcalde, expresidente de la Diputación y a la sazón diputado a Cortes Generales Sánchez se revolvió contra el historiador y colaborador de una publicación local José Luis Luri con tanta saña que éste se querelló contra él por un presunto delito de calumnias. Lo que ya no le extrañó a nadie es que en su toma de posesión Ana Sala invirtiera casi más tiempo en subrayar que el PP había intentado asesinarla políticamente (sic) que en explicar por qué no había claudicado.