La de la retirada de las masas de plásticos acumuladas en los azarbes del nuevo cauce del Turia sólo es una más de las innúmeras inhibiciones de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). La CHJ no necesita que Ribó le diga dos veces que le ... haría ilusión convertir esa obra hidráulica en un jardín inundable que formará marcialmente en primer tiempo de saludo. Pero no le pidan que cumpla con su deber en lo tocante a presas, donde «la que no suma, se n'ix» literalmente, a control de vertidos, etc., que no lo hará. O lo hará de uvas a peras o a desgana. A diferencia de la Confederación del Segura, que ha instalado ocho barreras flotantes de contención de residuos en las acequias en Guardamar y contempla incorporar 18 más en otros puntos de la Vega Baja, la CHJ no ha montado una mala rejilla en su cuenca en la vida. Antes las colocó el Ayuntamiento de Sueca en 2007 en las acequias de su término municipal para que los veleros de la Copa del América no se enredaran con estos nefastos sargazos que se animó a tenderlas en los principales cursos de agua de su demarcación el organismo que está obligado a ello. Las 372 páginas de que consta el 'Plan Hidrológico de cuenca 2022-2027' constituyen un buen ejemplo de la ligereza con que la Confederación se plantea esta cuestión. Un informe de la Universidad de Alicante indica que en la zona de baño de cualquier playa de dicha provincia podrían encontrarse hasta 1,8 millones de microplásticos, a razón de entre tres y quince trozos por m3. Para la CHJ, en cambio, «el estado general de las aguas costeras (...) es bueno». Por eso de cara a 2027, 'piano, piano', se propone «afrontar los problemas derivados de los vertidos de las aguas residuales en el medio marino» ya que, no lo ha podido confirmar todavía, pero «podrían estar detrás de los incumplimientos del estado ecológico» del litoral. El objetivo es, concluye de manera taxativa, «identificar -a buenas horas, mangas verdes- puntos calientes de acumulación de plásticos agrícolas» a fin de reducir «su abundancia» y rebajar una «contaminación especialmente perjudicial»: la «causada por microplásticos y productos farmacéuticos». ¿De qué forma? No lo aclara. Así es que como no funcione alguno de los tres proyectos de investigación que está cofinanciando la Generalidad para disolver o evitar que los envases y envoltorios plásticos terminen en ríos y mares lo tenemos claro. Toda vez que España tira cada día más de 126 toneladas de plástico al mar, las barreras de Sueca apenas interceptan 600 kilos semanales y la CHJ se resiste a retirar la cochambre que se acumula en los márgenes del canal de evacuación que paradójicamente acepta ajardinar.

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