El rigor con que he fiscalizado la gestión de Ximo Puig, idéntico, por otra parte, al que empleé para valorar anteriormente las de Alberto Fabra, Camps y así hasta llegar a Lerma, me autoriza a decir, o al menos eso espero, que estoy escandalizado de ... cómo las cañas que otrora acompañaban al expresidente hasta el otro día se están trocando en lanzas. Ha sido quedarse para vestir santos ministeriales y empezar a acusarle de aferrarse al «cargo». ¿Al cargo? ¡Pero si ocupa más de cuatro! Para terminarlo de desacreditar su sucesor a título de alcalde de Morella ha dejado un agujero que pone en cuestión toda su forma de gobernar porque ahí no hay infra financiación que valga. El primer regidor no socialista de la capital de Els Ports en 32 años se ha encontrado con que no puede pagar a los empleados y a los proveedores municipales. El pueblo más mimado de la Comunidad Valenciana (CV), el que posee la menor tasa de desempleo de la CV, el que ya obtenía un trato preferente cuando Puig sólo era un pícaro jefe de gabinete de Lerma, está sin blanca. Y la callada que los exalcaldes Puig y Rhamsés Ripollés han dado por respuesta lo confirma. A falta de lo que determinen la auditoría y la comisión de investigación promovidas por el nuevo regidor, un empleado de Francis Puig, por cierto, es evidente que han, porque Ripollés era sólo un mandado, «estirat més el braç que la mànega». Como poco, no han tenido en cuenta que las incontables subvenciones e inversiones recibidas no cubrían la totalidad de los gastos ocasionados por tantas alegrías extrapresupuestarias y tantos festivales literarios, musicales y gastronómicos como los que celebra a lo largo del año. Tarde o temprano tenía que ocurrir. El número de empresas y funcionarios públicos con que cuenta el ayuntamiento morellano, un verdadero leviatán, dista mucho de ser el adecuado para una población de 2.400 habitantes. Por eso comenzó 2023 encabezando la clasificación de consistorios morosos de Castellón y lo va a terminar llamando a la puerta el Monte de Piedad. Aunque entremedias fuera el principal beneficiario del Bono Viaje de interior que se inventó Puig, la mejora de sus carreteras situara a Castellón como la provincia con más inversiones de la CV, recibiera la segunda mayor inyección del Fondo de Prevención de Incendios, le ampliaran y/o mejoraran el parque de bomberos, el centro de día, el edificio multiusos, el parque de viviendas sociales de alquiler o le tocaran más loterías (del ciclo urbano del agua, de AVANT, etc.) que a Carlos Fabra. Por no hablar de la millonada ha continuado enterrando hasta el último día Puig en esa especie de mastaba que es para él la inacabable Fábrica Giner.
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