Secciones
Servicios
Destacamos
El País titulaba días atrás que 'La universidad pública española entra en modo supervivencia'. Serán las de Madrid, cuya Complutense, en efecto, va a reducir sus gastos un 35%, porque las valencianas no se privan de nada. Actúan como si todavía estuvieran solas en el ... mercado de la enseñanza superior y no estuvieran siendo batidas en varios frentes. La UPV ha perdido alumnos este curso, como la UJI de Castellón, pero en septiembre adquirió la Casa de los Caramelos para ganar presencia en el centro histórico y seguro que este año que viene volverá a situarse por 14ª vez entre en las ¡500! mejores universidades del planeta, según el WUR. La de Alicante acaba de confirmar que se estrechará un poco el cinturón para asegundarse en el pulso que mantiene con el Consell y la UMH a propósito de los estudios de Medicina, pero que no por ello se va a abstener de ampliar el personal y mejorar sus estipendios. Y, por su parte, la UV inauguró la semana pasada el llamado Espai Lluís Vives, la última de sus alegrías. Un proyecto que iba a costar 11 millones, pero que ha terminado costando 21,3 porque la Academia no escatima en gastos y ha reconstruido hasta el último de los detalles y filigranas que Javier Göerlich dispuso al precio de 1954. Una obra, en fin, en perfecta consonancia con la opulenta y expansiva política inmobiliaria de la UV. Un Estudi General cuyos rectores ejercen más de maestros de obras que de catedráticos. La sola existencia de cuatro campus y dos rectorados, el histórico y el actual, ubicado en un edificio tan grande que hasta 1978, año en que se inauguró el campus de Burjassot, albergó a cuatro facultades 4 (Biología, Matemáticas Física y Química) lo certifica. La alma mater valentina no sube un peldaño en la Clasificación de Shangái ni por saber morir. Se consuela con las valoraciones parciales. Pero raro es el rector que no hace un excesivo honor a su condición de magnífico, en el sentido de espléndido en lo tocante a gasto. Esa es la suerte que tuvo el otrora colegio mayor Luis Vives. Un rector lo cerró en cuanto empezó a sufrir achaques (¿Será por inmuebles?) y otro decidió repristinarlo hasta el más mínimo detalle en cuanto unos okupas alternativos pusieron de manifiesto lo pésima casera que era la Universidad. ¿Para qué decidió rehabilitarlo? Es lo más dolorosamente divertido de todo. Porque donde antes cupo una residencia de estudiantes y profesores, ahora habrá una especie de teleclub o de hogar del estudiantado donde apenas va a quedar sitio para unas novedosas máquinas expendedoras de citas previas (sic). Tal es la cantidad de funcionarios que estaban ya a cargo de «los servicios relacionados con el alumnado».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.