Zaplana repartió la inspección técnica de vehículos (ITV) entre amigos y conocidos. Luego, los agraciados en este desparrame de licencias las revendieron por un dineral. ... Y aquí y paz y después gloria, porque sólo uno de los beneficiarios de la prodigalidad presidencial, Juan Cotino, que ya es mala parta, acabó procesado. Pero esto no justifica ni muchísimo menos compensa la nacionalización del servicio llevada a cabo por el Consell el 27 de febrero. Los sindicatos se han encargado de demostrarlo al anunciar la convocatoria de una huelga general en Sitval, la empresa autonómica que ha absorbido la gestión de los distintos talleres, a los setenta días de su creación. ¿Motivo? El más previsible para todos menos para los departamentos implicados en esta resolución. Léase: Presidencia y las consejerías de Industria y Hacienda, donde se suponía que ya se cuantificaban los pros y los contras de cualquier decisión antes de adoptarla: por «la inadmisible tardanza de la Generalidad» en equiparar el salario de los trabajadores. Ni que decir tiene que por arriba. En línea con lo ocurrido anteriormente en las 'regionalizaciones' de las áreas de salud de la Ribera y Torrevieja. De resultas de lo cual se produjo un aumento de plantilla y de costes en ambos hospitales que no se tradujo una mejora en las prestaciones ni en una reducción de las esperas asistenciales. Por la sencilla razón de que la productividad de un sanitario de la Agencia Valenciana de Salud no siempre es equiparable a la de un empleado de Sanitas, de Ribera Salud o de DKV. De la misma manera que el absentismo que se registra en la sanidad o en la enseñanza privada es considerablemente inferior al que padece la pública, como tendremos ocasión de comprobar, a partir de ahora, en la ITV autonómica. La sola reacción del director de Sitval Josep Albert ante este primer desafío sindical no permite contemplar el futuro de esta nueva empresa pública con optimismo. Lo más contundente que acertó a expresar el exalcalde de Albaida fue que su «voluntad es llegar a acuerdos». A partir de ahí, ¿qué firmeza negociadora cabía esperar de él? La que evidenció horas después al adelantar alborozado que la Consejería de Hacienda le había autorizado el incremento del gasto que le permitirá equiparar las remuneraciones de los 996 trabajadores. ¿Será por dinero? No debe serlo. Con una pasivo de 55.032 millones a 31-12-2022 -el más alto de España con arreglo al PIB-, Ximo Puig está prometiendo que si gana «desprivatizará», como gusta decir, los hospitales de Denia y Manises sin escatimar en inversiones y en personal. Experiencia ya ven la que tiene el PSPV. Y Compromis, ni les cuento. Asumir Feria Valencia sólo le ha costado seis años y no pocos pasteleos.
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