Secciones
Servicios
Destacamos
Una de las causas que, a mi modo de ver, explican la diferente duración entre los dos 'interregnos' del PSOE, si se puede llamar así ... a los periodos en que ha estado en la oposición, (1996-2004 y 2011-2018 ) y el único del PSPV (1995-2015) es la tendencia de los dirigentes valencianos derrotados, empezando por Joan Lerma y terminando por Ximo Puig, a aferrarse a los renqueantes mandos de la descalabrada organización para recolocar a los íntimos -no a los mejores, ni a los imprescindibles para desempeñar lo más correctamente la labor de oposición- y evitar así tener que pagar al contado la derrota. Amén del temor a la reacción de los compañeros de partido, que, como muy bien decía Andreotti, son más temibles que los enemigos, hay otras muchas razones que han llevado a los dirigentes del PSPV a resistirse a apearse del machito en vez de plantear un 'bac' y limpia, como en el 'truc'. Pero no las voy a desgranar todas porque considero que con estas pinceladas bastará para apuntar un argumento que, por lo demás, no necesita apoyaturas. El PSOE de Felipe González (1982-1996), Rodríguez Zapatero (2004-2011) y Pedro Sánchez (2018-¿? ) ha mandado más tiempo -cinco años- y más veces, en contra de la tendencia europea, que el PSPV de Lerma (1982-1995) y Puig (2015-2023)- porque, a diferencia de éste, ha sabido mal que bien liquidar existencias y renovar mínimamente la colección después cada temporada. Cosa que no se puede decir de los cabecillas de la Federación Valenciana. Lerma y Sucesores de Joan Lerma han reaccionado siempre igual ante los reveses electorales. ¿Cerrando filas para no flaquear? No. Era mucho pedir. Formando en testudo, como las legiones romanas, a fin de guarecerse de toda suerte de agresiones externas e internas. E imponiendo trágalas, como el que Puig dictó a Alejandro Soler y a Fernández Bielsa en el comité nacional del PSPV, antes de que la ejecutiva federal del PSOE, sabedora de que las ejecutivas de Alicante y Valencia sostenían otra opinión, hiciera lo propio y se quedara con lo peorcito de cada propuesta. Dando por insuperables unas candidaturas que reflejan lo que de incomprensible hay en los recomendados de Don Pedro: el rehabilitado Ábalos, 'vade retro', y Diana Morant, una ministra tan innovadora que desconocía que Valencia ya tuvo una alcaldesa socialista; mezclado con el nepotismo latente en las listas de Puig; lo que de cuadro directivo de la FVMP tenía la alineación del atropellado Bielsa y lo que de parada de monstruos había para terminar en el elenco presentado en ventanilla por otro que ya debería haberse recluido en el palmeral de Elche, A. Soler. Un engrudo, en fin, que no habrá quien se lo coma el próximo 23J.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Santander, capital de tejedoras
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.