Un afortunado gana el bote de 1.214.432,18 euros en la Bonoloto de este miércoles en un municipio de 10.000 habitantes

No me gustaría ponerme cínico, que para eso ya están los que vendieron sus acciones del Valencia CF (VCF) al mejor postor (F.Roig o ... JB Soler) y todavía se creen con derecho al pataleo. Pero me atrevería a decir que aún hemos tenido suerte con Peter Lim. Sí, porque desde que Cheng Yansheng adquirió el Espanyol en 2016 el equipo blanquiazul ha bajado dos veces a Segunda División. El Racing no ha vuelto por sus fueros desde que lo adquirió Dimitri Piterman. El descenso a los infiernos del Málaga no parece tener fin. Y el chino que compró el Granada de segunda mano se dio a la fuga, cosa que todavía no ha hecho el denostado Lim. ¿Que como accionista mayoritario de la sociedad no se ha lucido? No lo discute nadie. Pero que no digan que la tiene «secuestrada» porque no es ninguna sabina. Y en idénticas circunstancias, aunque con desigual fortuna, están otros muchos equipos del fútbol mundial. Por lo demás, que los cinco últimos clasificados de la temporada 2022-2023 pertenezcan a inversores extranjeros (el Valencia de Lim, el Almería de AlSheikh, el Valladolid de Ronaldo y el Elche de Bragarnik) no es la confirmación de que «Los blancos no la saben meter», como sostiene una lamentable película sobre el baloncesto, sino de que éste es un negocio donde dos por dos nunca dan cuatro. Y no sólo por las comisiones que cobran Jorge Mendes «et alii». Reunir a un conjunto de estrellas o gastarse 745 millones en fichajes en un solo ejercicio sólo les ha servido a los dueños del PSG y del Chelsea para ganar una liga menor y quedar 11º en la Premier, respectivamente. Situémonos, pues. Pongamos los pies en el suelo. Hasta la pugna por un estadio u otro no es privativa del VCF. El propietario del PSG ha advertido a la alcaldesa de París que si no le vende el Parque de los Príncipes por 38 millones pujará por el Estadio de Francia y se llevará el espectáculo a Saint Denis. Luego está la cuestión del valor de mercado de la entidad. Aún siendo cierto que hay quien ofrece 6.000 millones por el United, Héctor Esteban demostró en estas mismas páginas que Meriton no venderá su parte por menos de 292 millones. Y esos son 22 más de los que pide en vano Steven Zhang por el Inter que podría haberse alzado días atrás con la Liga de Campeones. Me he dejado para el final lo más grave de todo. El deseo de los convocantes de la manifestación del sábado de que la Generalidad obligue a un empresario concreto a renunciar a los derechos que posee sobre una SA determinada. Una pretensión más propia de Nicolás Maduro que de chuferos liberales.

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