Mar rizada de presiones

El estudio de la Universidad de Valencia sobre la erosión sufrida por el litoral sur del 'cap i casal' es monográfico. Confirma que la ampliación del puerto llevada a cabo, fundamentalmente, entre 2010 y 2012 es responsable de la pérdida del 70% de la arena ... que poseían las playas de Pinedo, El Saler y la Garrofera. Nada dice, sin embargo, del resto del litoral de la Comunidad Valenciana (CV). Por lo que seguimos en las mismas, si de descargar en un puerto la completa responsabilidad del deterioro costero se trata. Continuamos sin saber a qué grao echarle la culpa de la regresión que sufren las playas de Les Amplàries y de Morro de Gos, de Oropesa, por citar un ejemplo. El abrigo artificial más próximo a ellas, el de Torrenostra, está al norte del parque natural del Prat de Cabanes. Y el club náutico de Alcossebre, más grande, dista veinte kilómetros y se encuentra resguardado de la tramontana y el gregal por la sierra de Irta. Atribuirles el daño que las tormentas causan a las playas septentrionales de Orpesa sería tan temerario como responsabilizar del peligro que corren las construcciones de primera línea de Tavernes de la Valldigna al puerto más próximo, el de Cullera, porque es fluvial y está situado río arriba. No. Como ocurre en todos aquellos puntos donde el hombre ha tratado de pararle los pies al mar, los causantes de la práctica desaparición de la playa de la Goleta son los espigones. Las escolleras que protegen la desembocadura del Júcar y los huertos y chalets del Marenyet y el Brosquil de los embates del mar. El remedio que todos los ayuntamientos quieren implantar en su término municipal, a pesar de que, según los expertos, únicamente sirve para trasladarle la voracidad marina al pueblo de al lado. ¿Quién se lo impide, y de aquella manera? La Dirección General de Costas, la última defensa que queda entre lo debido y el general deseo de las autoridades presentes y pasadas de contentar a los electores. El día en que le tuerzan el brazo se terminará de joder el Perú. Porque Ximo Puig, que venía de aprobar el Pativel y defender (¡!) Torre la Sal, sacrificó a Aurelio Martínez cuando Compromís le exigió paralizar la conclusión del dique de MSC, habiendo como hay más de 30 puertos en la CV y un sinfín de intereses cruzados. Y el PP parece más preocupado en frenar deslindes y derribos que en afrontar la globalidad de las causas que amenazan el turismo de sol y playa. El Consell, aseguró Salomé Pradas en la presentación del anteproyecto de la ley de Protección y Ordenación de la Costa, «atenderá las sugerencias» que se reciban, como si fuera un pinchadiscos. Y no lo es.