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El PPCV lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a emplear el trasvase como ariete contra el PSOE, en esta ocasión aprovechando que la ministra que avala la última reducción del caudal a transfundir del Tajo al Segura era la candidata socialista al Parlamento Europeo, ... y le ha salido igual de bien que en 2003. Ha obtenido más votos que el PSOE sin necesidad de que Núñez Feijóo se comprometiera aquí, en Murcia o en Almería a revertir la decisión adoptada por el Consejo Nacional del Agua (CNA). Todo lo contrario, cada vez que le han puesto en el brete de mojarse, nunca mejor dicho, el presidente del PP ha caminado sobre las aguas cual Jesús redivivo: sin salpicarse siquiera el dobladillo. Una habilidad para el escapismo que recordaría al desparpajo con que Zaplana se sacudía invariablemente cualquier pregunta embarazosa sobre sus líos -«¿Y esto es todo lo que tienen contra mí?»- si no fuera porque, por lo general, evidencia más ambigüedad o anfibología que descaro. Pero no nos equivoquemos. Feijóo tiene el mismo interés en perder votos en las regiones cedentes del Ebro (Aragón y Cataluña) y del Tajo (Castilla-La Mancha) que Pedro Sánchez. Le preguntó Onda Cero en 2023 si retomaría el PHN de Aznar y declaró: «No lo puedo confirmar porque no tengo la valoración suficiente para pronunciarme». El director de El Periódico de Cataluña trató de averiguar en abril si su programático Plan Nacional del Agua contempla trasvase alguno. Y continuó comportándose como un recién llegado: «La interconexión es un tema que nos tenemos que plantear para decir no o para decir sí en situaciones muy excepcionales». Insistió La Verdad un mes después (20-05-2024): «Yo no soy presidente del Gobierno -contestó-. No le puedo dar una respuesta concreta». Evasiva que completó anunciando una redundante Autoridad Estatal Nacional (sic) del Agua. El convencimiento de que no podía seguir quitándose las pulgas de encima de esa manera y de que necesitaba trasladar cuanto antes esta patata caliente a alguien ajeno es lo que me malicio que le llevó a asegurar, cuatro días después en Elche, que el PP promoverá la aprobación de «un Pacto Europeo del Agua porque éste es un problema que afecta a la UE en su conjunto». Y de ahí no pasó. ¿Cómo planteando lo mismo que Cristina Narbona en 2004, salvo en lo relativo a la desalación -depuración, reutilización y reparación de las redes de abastecimiento- ha triunfado, y de qué manera por lo que a Alicante se refiere, donde aquella fracasó? No sabría decirles sin recurrir a a aquello de que no es lo mismo caer en gracia etc. En Valencia prometió «traer agua» sin concretar si en barcos cisterna o en cubas y le creyeron.
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