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La música les pierde

Raro es el que no se ha enredado en la promoción de espectáculos

Lunes, 14 de octubre 2024, 00:02

El contrato para la adjudicación de los festivales 'Som de la terreta' ha venido a confirmar lo ya sabido: que la historia se repite, como pensaba Hegel. Pero no sólo dos veces ni en forma de farsa, como creía Marx, sino muchas y de muy ... distintas maneras. Valencia es un buen ejemplo de ello. Raro es el presidente de la Generalidad o el partido que no se ha enredado en la promoción de espectáculos, ya que lo que no maniobró Camps en el terreno musical, lo mangoneó su amiguito del alma Álvaro Pérez (a) El Bigotes en el de los mítines, que para el caso es casi lo mismo. El otro error marxista que no se cumple en el 'cap i casal' es el del género teatral. Aquí los bises históricos están más cerca del sainete, del estilo cómico local al fin y al cabo, que de la farsa; más en la línea del Peris Celda de 'Per la fam d'heretar' (el poder, por supuesto) que del Racine de 'Los picapleitos'. La prueba la tienen en cómo pretendía financiarse el PSPV de Lerma, además de con una agencia de espectáculos. Lo explicó con todo lujo de detalles el 11-10-1979 el entonces secretario de política municipal de la C.E. Pedro Lorca en una 'circular reservada' dirigida imprudentemente a todos los concejales del partido. Los PGOU y las contratas de «de basuras, alumbrado, etc.» podían ser «una fuente extra de financiación». Cuatro diputados provinciales fueron destituidos cuando LAS PROVINCIAS destapó el pastel. Luego vino Zaplana, fichó a Julio Iglesias e internacionalizó tanto el nivel que sí podría calificarse de farsa esta repetición. La escena que compusieron estos dos farsantes más el juez que en 18 años no alcanzó a ver ni evasión en los casi seis millones de euros depositados en sendas cuentas opacas residenciadas en otros tantos paraísos fiscales, desde luego, no se la saltan ni Molière ni Alfred Jarry. El sector 'negocis' de Compromís bajó de nuevo la pelota al pasto (Di Stéfano) con sus contrataciones feriales 'avant la lettre', sus actuaciones y animaciones callejeras y la privatización de la cabalgata de Reyes. Y se diría que el actual titular del Consell la ha vuelto a elevar. Porque si era absurdo que Francesc Colomer y Ximo Puig mimaran más de lo razonable a los promotores de festivales veraniegos como si fueran sociedades musicales y no aves de paso, Mazón ha ido más allá. Le deslumbró tanto el sector que en julio anunció la creación de una dirección general de la Industria Musical Valenciana adscrita a Presidencia y empezó a promocionar personalmente unos conciertos cuya organización aún no había sido adjudicada a la principal firma del ramo. Un lío que, como el «Prietas las filas», «promete patria, justicia y pan».

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