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Espadas

A ojo de mal cubero

Su sustituto en la alcaldía obtuvo más votos que Morant

Lunes, 5 de febrero 2024, 00:49

El descubrimiento de que el concejal de Movilidad de Castellón acumula 167 multas por aparcar indebidamente en zona azul es un caso extremo. Pero no excepcional. La acumulación de sorpresas como ésta en las últimas fechas no ha venido más que a confirmar que el ... proceso de selección personal que emplean nuestras autoridades para cubrir los cargos de libre designación deja mucho que desear. Entre que no están versadas en materia de recursos humanos, que no valoran el currículum y que, si lo hojean, no someten a los elegibles a ningún tipo de examen, porque no es capacidad y mérito sino fidelidad lo que buscan habitualmente, el que no les sale rana les sale sapo. Y, en ocasiones como la presente, el croar resulta ensordecedor. Toda vez que en cuestión de días nos hemos encontrado con que la alcaldesa de Castellón Begoña Carrasco le encomendó la delegación de Tránsito a la persona menos indicada de la Plana; un desahogado que sólo había abonado 33 de las 167 multas que le habían impuesto antes de estallar el escándalo. Y que una vez descubierto tildó la denuncia ilegal y la achacó a un intento del PSOE de desviar la atención de la polémica desatada por la decisión de la exalcaldesa de que la estatua del pregonero representara a uno de sus concejales. Nos hemos desayunado con que Vox, que había dado muestras de prudencia al encomendarle el control de acceso al partido a una de sus vicesecretarias, Montse Lluís, ha nombrado gerente del Centro del Carmen a un señor que después de empalmar bajas durante años acababa de conseguir que se le reconociera la incapacidad permanente. Y nos hemos terminado de deprimir al saber que el Arzobispado de Valencia ha tenido que personarse y retirarse de la causa abierta por el asesinato de uno de sus pastores para que no se dijera y porque se estaba diciendo, por este orden, cuando si hubiera pedido referencias del ultimado y/o lo hubiese sometido a un test psicotécnico antes de concederle una canonjía y alojarlo en el entorno de la curia es probable que nada de esto hubiera ocurrido. Me he dejado para el final el error de reclutamiento más clamoroso de cuantos he mencionado porque además se ha perpetrado a plena luz del día. La designación de Diana Morant como candidata única a la secretaría general del PSPV por el temor compartido tanto por Pedro Sánchez, como por Ximo Puig y, pásmense, la prensa a las primarias. Una cacicada que soslaya el único dato que existe sobre el tirón electoral de la agraciada. En sólo dos años, su sustituto en la alcaldía de Gandia obtuvo en las elecciones del 28-M 2.417 votos más que ella y 3.330, diez puntos más que Puig.

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