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Espadas

La primera, en el bolsillo

Lo segundo que hacen, aprobar el régimen económico de los concejales

Miércoles, 5 de julio 2023, 23:26

El despertar de las promesas electorales no puede ser más «municipal y espeso», si se me permite quedarme con la parte de la poética carta ... que Rubén Darío le dirigió al marqués de Bradomín que me viene al pelo de lo que voy a escribir. Lo primero que hacen los ayuntamientos es constituirse; lo segundo, no falla, lo único que no sale a colación durante la campaña: aprobar el régimen económico de los concejales, las asignaciones que percibirán los grupos y el reparto de asesores. Tasar antes que nada el valor del servicio a prestar a la sociedad no es la manera más desprendida de comenzar un mandato. Pero, al parecer, no es eso lo que determina la repetición cuatrienal de este penoso espectáculo sino el deseo de los alcaldes electos de cometer su primera alcaldada. Premiar graciablemente a los buenos y castigar a los malos. El reelegido alcalde de Alicante hizo algo peor: anunció que será «generoso» (con el dinero ajeno). No como su camarada ilicitano, quien alegó que no era generosidad lo que había mostrado con el PSOE al concederle una comisión más de las que le correspondían, sino «equidad y justicia». En lo que todos coinciden es en que estas pillerías, así como las medidas impopulares y los incumplimientos programáticos deben cometerlos cuanto antes a fin de que nadie los recuerde en la siguiente comparecencia ante las urnas. En el supuesto de que hayan llegado a trascender. Cosa que no siempre sucede porque entre que impera el dame pan y llámame tonto y que los periodistas están curados de espanto, hay provincias enteras donde este tipo de 'repartiments' no levantan la menor polvareda informativa. Como no la levantaba el dinero que los grupos parlamentarios de las Cortes valencianas se repartían en insana camaradería. Ya lo dijo el edil de EU-Podem Pedro Pardo después de conocer que la paga del alcalde ha subido un 43% desde 2019: las abstenciones de PSOE, Per El Campello y Compromís son las que permiten al PP aprobar estos sueldos. Aunque marró el tiro. El PP no está solo en esa práctica. En Alcira, donde los estipendios subirán un 19%, siete de los doce componentes de la coalición que gobernará la ciudad disfrutarán de dedicación exclusiva, otros cuatro de una parcial del 75% y el alcalde, nacionalista, cobrará más que su antecesor... porque pertenece a un grupo superior de la escala funcionarial. Una regla de tres que ensombrece la razón que justifica el hecho de que la gestión pública esté remunerada. Porque si de lo que se trata es de que no sólo los ricos puedan dedicarse a la política, el día en que a un potentado le dé por ser alcalde de su pueblo y salga elegido, desequilibrará el presupuesto municipal.

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