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Los prudentes Ribó y Grezzi

Comparados con Anne Hidalgo y Ada Colau fueron moderados

Lunes, 31 de marzo 2025, 00:04

Visto lo visto habrá que concluir que, comparado con las alcaldesas París, Anne Hidalgo, y Barcelona, Ada Colau, Joan Ribó, fue un pacificador viario moderado. ... Aumentó el número de kilómetros de carril bici. Peatonalizó calles. Y elevó a la categoría de dogma los presupuestos participativos (PP.PP.), esa amañada forma de delegar en terceros la responsabilidad de decidir la puesta en marcha de medidas polémicas. Ese trampantojo que promete lo contrario de lo que es: participar en la toma de decisiones, aunque éstas hayan sido seleccionadas y precocinadas previamente por los Joan Hornos de turno, y eleven a definitivas iniciativas que han pasado por el cristal electrónico de las urnas sin romperlo ni mancharlo. Una alegría que termina imponiendo al conjunto de la sociedad el propósito de cualquier grupos de presión o colectivo medianamente organizado. Pero por lo menos Sandra Gómez y Elisa Valía, cooperadoras necesarias en la implantación y regularización de ese remedo de democracia participativa que fueron los PP.PP., bautizados como València decideix, se tomaban la molestia de cuidar las formas. El resultado del paripé venía a ser tan falso como el obtenido recientemente por la señora Hidalgo, pero reconocían que admitían y rechazaban propuestas, que la burgomaestre, ni más ni menos que de París, ni eso. Se levantó un buen día con que iba a someter a votación el ajardinamiento de 500 calles de la ciudad de la luz, medida que, por cierto, no figuraba en su programa electoral, y no le dio más vueltas. Hace un par de domingos, en esto ganaba en formalidad a Sandra Gómez, porque el Ayuntamiento de Valencia mantenía las urnas electrónicas abiertas durante semanas, se celebró el plebiscito. El tercero de cuantos ha convocado -¡el anterior fue para aumentar las tasas de aparcamiento a los SUV!- y el que menos participación registró, del 3,89%. Pero como el 66% de los votos emitidos dijo sí, la propuesta aprobada. Con independencia de que deja para más adelante la elección de las calles y los estudios pertinentes de idoneidad, y de que no aporta más datos concretos que el total y que se intervendrá a razón de 6 u 8 calles por distrito. Una frivolidad que me lleva a pensar si no critiqué injustamente a Giuseppe Grezzi por cambiar dos o tres veces de sitio los bolardos en la plaza de los Fueros. Un aprendiz de ingeniero empírico es lo que fue. Al lado de 'madame' Hidalgo, Grezzi actuó siempre como un científico experimental. De la obligada prueba-error no se salió nunca. El caso es que me da la sensación de que también fuimos muy severos con las superislas que Compromís y PSPV habilitaron en diversos cruces de la Petxina y Arrancapins. Las de Barcelona pierden por seis sentencias contrarias a cero.

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