La puerta del infierno
Carlos Mazón es un fiel seguidor del «pensat i fet»
La rapidez con que Mazón aceptó rebajar el listón electoral al 3 %, perfectamente cronometrada y narrada por el compañero JC Ferriol, viene a confirmar por ... qué aceptó al instante cómo sería el Consell de PP y Vox. O por qué puso la Diputación de Valencia, por un lado, y las arcas de la Generalidad, por otro, a la entera disposición de Jorge Rodríguez con tal de alzarse con la corporación provincial. Mazón Guixot actúa con celeridad porque lo lleva en los genes. Es un «valencià autèntic», un fiel seguidor del «pensat i fet». Y aunque no parezca pertenecer a la misma corriente de pensamiento que Joaquín Garrigues, Miguel Satrústegui o Muñoz Peyrats, es un émulo de Sagasta, diga lo que diga Sergi Pitarch en el detallado perfil que ha trazado de él. Sólo se diferencia de Zaplana, su descubridor, en que este era 'Un liberal para el cambio', así se titulaba el libro con el que bajó de la Serra Gelada, el Sinaí al que se retiran los regidores benidormíes para especular sobre el futuro del turismo de sol y playa, y él es un liberal con vocación de permanencia. De continuar Un gasterópodo político, como ha acreditado en repetidas ocasiones, que hará cuanto esté a su alcance para apurar el mandato y, si se tercia, alargarlo cuatro años más. En diciembre de 2023 hice un balance de los primeros meses de la saprofítica relación que mantienen Mazón y Mompó con Ens Uneix, el Junts del PPCV, y me quedé pasmado. Los doce votos que le faltaron al PP para obtener un diputado más y dejar a Ens Uneix sin la única acta provincial que posee nos estaban costando un dineral. Cotizaban a diario a precio de Waterloo. Y como el indispensable tiende a extorsionar a quien le necesita para respirar, la tónica no ha cambiado. No pasa semana sin que Mompó clausure un acto partidista de Rodríguez en la Batlia (¡!) o el IVACE resuelva urbanizarle una barriada. El problema, por si no fuera suficiente gravamen lo anterior, se plantea cuando el titular de esa SAU que es Ens Uneix amenaza a Mazón con privarle de la Diputación si no le rebaja el límite electoral autonómico y provincial, y este agacha la testuz. Se aviene a abrir las puertas del averno, a facilitar el acceso a las instituciones a aventureros de cualquier ralea. Con el peligro que ello entraña en una comunidad tan desvertebrada como la valenciana. Claro que a lo peor es lo que está buscando en la ofuscación en la que se encuentra. Al último cantonalista alicantino lo patrocina el Consell. Es tan de «la terreta» que, tras la consulta idiomática de Rovira, el edificio que está reformando ilegalmente se llamará Panoramis Life & Business.
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