Remedio para Marie Claire

El plazo fijado por el juzgado de Castellón para resolver el concurso de acreedores de Marie Claire expira o expiraba hasta que anteayer se aprobó ... otro ERTE el próximo día 8. La única puja recibida, presentada por un fondo de inversión madrileño, ofrece la ridícula suma de 250.000€ por la totalidad del negocio –las instalaciones, la maquinaria y la marca– libre de cargas. La principal afectada por la bancarrota es la Generalidad, con un total de 24 de los 38 millones del pasivo de la sociedad. Y el Institut Valencià de Finances (IVF) está dispuesto a admitir una quita si con ello se garantiza la continuidad de la compañía. Un sacrificio que podría tener sentido si el postor estuviera dispuesto a asumir el resto de la carga, pero negándose en redondo a saldar siquiera una parte, como ha tenido la sinceridad de admitir, yo no sé si el IVF debería estar madurando ya otras alternativas. No siempre vale más perder que perder más. Puede que Ximo Puig y Manuel Illueca (anterior director del IVF) se excedieran al conceder tanto crédito a unos gestores cuya gran contribución al rescate de la centenaria fábrica de Vilafranca consistió en renovar el portal de internet, ampliar el consejo de administración y anunciar como una gran aportación al negocio la venta por Amazon. Pero sus sucesores se equivocarán si dan por extraviado el capital prestado y aceptan la oferta del postor. En principio, porque con eso no hay ni para empezar a atenuar las deudas de los demás acreedores. Después, porque aún vendiéndola como chatarra, el valor de la maquinaria existente en La Fabricanta excede los 250.000€. A continuación, porque sólo la marca vale mucho más de un cuarto de millón. Y porque, a una mala, la nave podría albergar en su interior todas las dependencias que puedan necesitar las comarcas del norte de la Comunidad Valenciana durante los próximos 100 años. Y por último, porque siempre será mejor que se la queden los trabajadores que, por lo menos, conocen el oficio y el percal a que caiga en manos de unos señores que desconocen el quehacer textil y lo que representa Marie Claire para Els Ports. En la tierra de las 160 cooperativas, de Anecoop y de Consum, donde sólo esta fórmula garantiza seguridad al campo, donde ya nadie fabricaría arcas en Xàtiva si los ebanistas y tallistas no hubieran triunfado donde sus empleadores fracasaron, etc., el Consell debería ser proactivo. Y aprovechar la prórroga del ERTE para intentar siquiera que sean los trabajadores los que se adueñen de Marie Claire. El referente a tomar es el de Adolfo Utor, que encabezó a los empleados de Flebasa que capitalizaron el paro y fundaron una SAL, la actual Balearia. No el de Labora.