De reserva y de diario
Hay una ancestral falta de vertederos por el uso partidista de la oposición
FERRAN BELDA
Domingo, 20 de abril 2025, 23:27
La enseñanza que el Consell extrajo de las riadas del día de San Narciso en lo tocante a residuos no es mala, ni mucho menos. ... Ciertamente es necesario dotar a la Comunidad Valenciana de vertederos de emergencia por lo que pueda volver a ocurrir en el futuro. Y, si ha de ser a razón de uno por provincia, que sea. ¿Qué le vamos a hacer si el Mazón político se parece más al Joan Monleón de 'Horchatera valenciana' que al vocalista de Marengo que fue? «Como una alfombra de flor/ es la Región Valenciana./ Alicante y Castellón,/ Valencia la capitana», repite a diario. Pero no está mal pensado. Nada que objetar, pues. El problema es que tampoco tenemos vertederos de uso diario y a eso no hay quien le encuentre remedio. La ancestral falta de plantas de valoración, tratamiento, transferencia y eliminación de desechos urbanos por el uso partidista y particular de la oposición a la implantación de cualquier instalación mínimamente relacionada con este actividad hace que nuestras basuras den más vueltas al antiguo reino y a sus provincias limítrofes que una peonza. Las más de 800.000 toneladas de residuos generadas por la mayor catástrofe medioambiental sufrida por Valencia en siglos han venido a agravar la carencia. Y de incrementar el número de lugares donde deshacerse de ellos no han hablado todavía ni el molt honorable, ni el consejero de Medio Ambiente. Martínez Mus sí ha demostrado ser consciente de la apremiante falta de escombreras que hay. Pero no se interesen por el destino de los escombros y el material de derribo de las de las reformas que se están llevando a cabo a toda prisa en miles de domicilios, comercios y negocios de las zonas damnificadas porque se deprimirán. La respuesta oficial, desde luego, no contribuye a despejar la preocupación del más tibio de los amantes de la naturaleza: a ecoparques -no hay más que ver los accesos al de Vara de Quart- y a canteras abandonadas. Pedreras que nadie sabe dónde están ni qué franciscanas empresas de albañilería las frecuentan porque lo normal es que el chapuzas de turno tire se deshaga de su carga en cualquier sitio donde nadie le tome la matrícula. Precisamente el Seprona se la tomó la semana pasada a cinco personas de tres mercantiles distintas, pero no por volcar el contenedor en cualquier barranco, sino por falsificar la documentación y emplear en una obra en Xàtiva restos de asfalto, hormigón y cerámica sin tratar. Una irregularidad que no siempre se detecta ni, al parecer, es posible cometer a juzgar por el kilométrico cordón de escombros que envuelve a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. De lo contrario la actual postal de Valencia no estaría sujeta al punto de vista.
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