Al revés que Madrid y BCN

A los vecinos de Pérez Galdós que no votaron (el 99,9 %) en el trampantojo participativo del túnel les han engañado. Y a los de las calles que sin comerlo ni beberlo sufrirán las consecuencias, ni les cuento. Si lo cierran, estarán peor. Estos, porque ... el incremento de la circulación rodada que se producirá en las Grandes Vías y Ángel Guimerà, no será nada comparado con el que se registrará en Tres Forques y Enguera toda vez que habrán de atravesarlas los vehículos que se dirijan hacia la A-3. Y aquellos, porque Compromís ha admitido ahora, a toro pasado -eso sí: de 'carrer' y sin embolar-, que los técnicos municipales ya se lo advirtieron: La supresión del paso inferior trasladará a la superficie la totalidad del ruido de los automóviles que ahora van discretamente bajo tierra. ¿Qué se tendría que hacer para atenuar estas molestias? Lo que yo vengo sosteniendo desde el primer día y acaba de proponer alguien tan poco sospechoso de sacrificar peatones en el altar de la industria automovilística como el combativo y admirado ingeniero Joan Olmos. Terminar de cubrir la parte del collado que va incomprensiblemente en trinchera. Olmos alude elogiosamente a cómo resolvió Barcelona la cobertura de la Ronda del Mig, no en vano fue miembro del jurado que premió esta obra pública. «El magnífico proyecto de la calle Brasil, similar al de Pérez Galdós», afirma, ha permitido que por arriba haya un paseo con dos carriles a cada lado; «por debajo, el aparcamiento que financió en parte la operación, y en subterráneo, el tráfico rodado». No es una excepción. Tres son los proyectos de estas características que van a acometerse este año en Madrid. El soterramiento de los tres kilómetros de la A-5 que parten La Latina en dos y convertirlos en un paseo verde, como reclaman los residentes en Batán. El cubrimiento ajardinado de 20.000 m2 de la M-30 en Ventas. Y el revestimiento de otro tramo de esta misma circunvalación con una pasarela ajardinada de idéntico tamaño que permitirá unir los barrios de Ventas y Fuente del Berro. Justo lo contrario de lo que MªJ Catalá ha decidido hacer finalmente. Sabiendo como sabe que la primera que dijo que inutilizar el túnel era una barbaridad fue la voluble Sandra Gómez (PSPV); que el tripartito desoyó a los especialistas; que la decisión de reutilizar la cavidad como depósito de pluviales fue una excusa para enmascarar lo que supondría de dilapidación anularlo o reducirlo a escombros y que ni siquiera contemplaba la incompatibilidad descubierta. Sabiendo todo esto ha decidido salvar el túnel de Guillem de Castro y condenar al de Tránsitos para calmar a quienes al mismo tiempo piden el soterramiento de la Ronda Norte en Benimaclet. En el pecado llevará...