Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia

Me quedé corto el jueves al comentar el bandazo que la gota fría le está obligando a dar a Mazón en materia emergencias. El presidente de la Generalidad no sólo tuvo que ampliar su Gobierno para hacerse perdonar la supresión de la nonata Unidad Valenciana ... de Emergencias (UVE), ya que prescindir de los 22 trabajadores de Tragsa que realizaban labores administrativas en la SVGIE sólo puso de manifiesto que «la gestión integral de las emergencias» que prestaba esta sociedad era más nominal que real. A la creación de una Consejería de Emergencias siguió el anuncio de la puesta en marcha de una Unidad de Alerta Temprana, una UVE encubierta por cuanto dará «estabilidad a las 56 unidades de bomberos forestales a lo largo del año». Y eso es exactamente lo que José Mª Ángel y Ximo Puig pretendían lograr con la UVE: que no se notase demasiado que cedían a la presión del mencionado colectivo. Lo malo es que esto es un suma y sigue. Entre los objetivos que se ha fijado alcanzar el nuevo consejero, Juan C, Valderrama, figura la fundación de un centro de investigación en seguridad y emergencias adscrito al Instituto Valenciano de Seguridad Pública y Emergencias (IVASPE), de lo que se colige que este último organismo tampoco desaparecerá a mejor vida. Con lo que ya sólo faltará que Mazón monte un centro de formación en emergencias climáticas en la Ciudad de la Luz, adscrito en este caso a la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a Emergencias, para el Consell botánico vea cumplidos todos sus sueños. Lo admitió el mismo Mazón Guixot: «El problema es la riada de después. Lo que genera la riada». Las cesiones y concesiones que hay que hacer para salir del paso sin estudio de coste alguno que las sustente. Mercedes que, quieras que no, generarán derechos inapelables y, con frecuencia, contraproducentes. No siendo un grano de anís los contemplados en el 'Protocolo de actuación en caso de emergencias exteriores'. La Inspección de Trabajo se ha puesto muy seria a raíz de lo sucedido en las riadas del día de San Narciso. Pero Función Pública está redactando, con la interesada colaboración de los abnegados sindicatos, un reglamento a seguir ante cualquier eventualidad que puede dejar sin servicio hospitales, ferrocarriles, etc. No en vano faculta a los empleados públicos a abandonar el centro de trabajo en caso de alerta roja o no acudir a él por encontrarse en zona afectada por la alarma o tener que atravesarla para cumplir su cometido. Una medida que ampliará en un mínimo de dos los moscosos que disfrutarán los funcionarios concernidos por estas contingencias, pues ésta es la cantidad media de alertas rojas por lluvias, nieve o calor que emite anualmente la AEMET en Valencia desde 1917.

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