Mantener la neutralidad es lo más prudente que puede hacer la Comunidad Valenciana (CV) en la guerra comercial que enfrenta a los EE.UU. y ... a la RPCh. Dicho así resulta pretencioso y hasta exagerado. Suena a novela de Tom Clancy. Pero no lo es. La CV pinta más bien poco en el concierto internacional. Sin embargo alberga grandes inversiones estadounidenses y el Grao de Valencia es una de las cabezas de puente que utiliza Pekín para introducir sus mercancías en Europa Occidental. Cualquier fricción que obligara a las autoridades españolas a decantarse por alguno de los contendientes se traducirá en represalias del bando perjudicado. Y el problema es que esas presiones están empezando a llegar. A la declaración de China como «enemigo sistémico» de la UE, sucedió recientemente la decisión comunitaria de aliarse con el amigo americano para la creación de una alternativa india a la nueva Ruta de la Seda. Un alineamiento en contra de la ruta de Xi Jinping, una «la ruta imperial» de verdad, no como la de Falange, que no tardará en obligarnos a tomar partido de manera fehaciente. Algunos de nuestros paisanos ya lo hicieron. El exdiputado y exsenador del PP José Mª Chiquillo apostó por China antes de que estallaran las hostilidades entre ambas superpotencias y hay que reconocer que no le ha ido mal. Cónsul honorario de Uzbekistán es ahora el pastor de la Red de Rutas de la Seda. Otros, como es el caso de Ximo Puig y de Joan Ribó, se pusieron del lado de Pekín en plena refriega. Puig le facilitó la entrada en el negocio del transporte ferroviario a la naviera estatal china COSCO al venderle el 16,03% del 31,42% de las acciones que FGV poseía de Logitren. Y Ribó la benefició paralizando la construcción de la nueva terminal de su más directa competidora, la suiza MSC. Un giro de 180º que no por casualidad coincidió con la intensificación del apoyo municipal a determinadas colectivos chinos y del intento de transformar la Roqueta en un Chinatown. Una estrambótica idea planteada por un desconocido que no tardó en incorporarse al equipo de Ribó hasta el punto de casarle, el pasado día 15. ¿Cómo afrontará el nuevo Consell este complicado escenario? Es fácil deducirlo. Aunque nada se sabe de qué hará Carlos Mazón con el paquete de acciones que todavía conserva FGV en la ahora llamada Cosco Shiping Ports Logitren, el encargo que le trasladó a la recién nombrada presidenta de la APV fue que concluyera la ampliación norte. Y cabe suponer que si EE.UU. se ha visto obligado a llamar a capítulo a Meloni para que se desvincule de una vez por todas de la Ruta de la Seda, a Mazón no necesitará decírselo dos veces.

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