La policía valenciana ha dado por cerrado el caso del robo de una gargantilla de Bulgari a «una alta funcionaria» con la detención del tironero que se la arrancó de un zarpazo y la recuperación de la joya. Un éxito policial que, sin embargo, deja ... en el aire las incógnitas que más podrían interesar a la opinión pública. Como son las relativas a la identidad de la víctima: Qué «alta funcionaria» es esa que puede permitirse el lujo de ir a la oficina engalanada con un adorno de oro blanco y oro amarillo con incrustaciones de brillantes valorado en 400.000€; Paco a la naranja, avatar del periodista Paco Alonso, ha incumplido el anunció de que iba a desvelar la identidad de la afectada. Sus posibles: si es rica de cuna, de cama, ahorradora o afortunada en el juego. El puesto que ocupa y en qué Administración: Léase de dónde saca para tanto como destaca. En definitiva, todos esos detalles que cobran importancia al coincidir en el tiempo con la decisión de la fiscalía general de Perú de acusar a la mismísima presidenta del país, Dina Boluarte, de enriquecerse ilícitamente y omitir en su declaración de bienes las joyas que ha lucido como vicepresidenta y ministra de Desarrollo e Igualdad y como sucesora de Pedro Castillo. Fundamentalmente, una docena larga de relojes caros, entre ellos tres Rolex, valorados en conjunto en un poco más (467.000€) de lo que cuesta el arreo que llevaba nuestra 'espigada' burócrata la tarde en que la asaltaron. Cabe suponer que después de cumplir con su obligación porque si el delincuente se abalanzó sobre ella minutos después de las 15:30, quiere decir que pudo salir del trabajo a la hora (14:00) y almorzar con unos compañeros, tal como declaró. Ni que decir tiene, por tanto, que aun compadeciéndonos de su dolor es el importe del botín y el empleo de la víctima lo que dota de connotaciones especiales a este suceso. Porque todos sabemos qué le permitió al futbolista internacional Dani Olmo comprarse el Rolex de 30.000€ que le robaron hace un par de años en la calle del Hospital, de Valencia. Pero desconocemos cuánto cobra un «alto funcionario», si su salario está o no estrechamente relacionado con el negociado que ocupa, la clase de expedientes tramita, etc. Y lo único que nos viene a las mientes al enterarnos de lo ocurrido el pasado jueves es que Alfonso Grau cambió en la misma joyería uno de los relojes que le regaló un concesionario municipal por un Lange de oro y un Polo Piaget por un Vachever Patrimony de 16.925. Y que entre los 31 relojes de lujo que Eduardo Zaplana llegó atesorar antes de que lo pillara la UCO también figuraba un Bulgari de 30.000€.

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