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Los resultados electorales hay que aceptarlos como vienen. Yo lo hago desde que Perich dibujó a un melenudo lamentando que después de 40 años de ... franquismo la gente votara UCD. Una recomendable gimnasia democrática que me permitió aceptar la reelección de José Capilla como rector de la Politécnica (UPV), pese a que prometía incrementar en dos el número de nuevos edificios del campus, uno de ellos de 20 alturas. Una torre de Babel que compita en prestancia e inutilidad con el hito de la rotonda de la V-21. ¿Qué puso entonces a prueba mi trabajado estoicismo? Yo se lo diré: que, una vez reelegido, Capilla agregó a ese desiderátum inmobiliario la apertura de una delegación en China, me malicio que para trabajarse a los autores de la clasificación de Shangai; una inversión de 100 millones para la renovación de las instalaciones; la ocupación del edificio de Correos de Gandia que Ximo Puig adquirió en mala hora y lo que no dudo en llamar la invasión de Groenlandia: la toma de las cocheras de la EMT. Un disparate no sólo porque la Politécnica lleva ya urbanizadas 17 hectáreas de lo que hasta los años 70 era huerta, sino porque, si la UPV fuerza al Ayuntamiento a construir una cochera en el barrio de Safranar para traspasarle la del camino de Vera, la ciudad saldrá perdiendo por partida doble. Porque todos los talleres de la EMT estarán en el sur y porque se limitarán mucho las posibilidades de ampliación del cementerio general. Razones más que suficientes para que el consejero de Educación le hubiera salido al paso. Cosa que no ha ocurrido todavía. Empiezo a sospechar por qué. JA Rovira sólo se las da de valiente ante los pequeñajos. Fue lo suficientemente irreflexivo como para plantear una consulta idiomática, pero no entre el castellano y el inglés, porque intuía cuál se iba a imponer, sino entre el castellano y el valenciano, y encima perdió, no se puede imaginar hasta qué punto. Con lo que sufrió un nuevo revolcón que con el tiempo le costará el cargo. La cuestión es que, sea porque teme que los más celosos guardianes de la autonomía universitaria le acusen de entrometerse en los asuntos del claustro, porque se arruga ante quienes le pueden o por lo que fuere, Rovira no le ha pedido a Capilla morigeración. Y esto sí que está en perfecta consonancia con Mazón, quien no ha amenazado a las universidades valencianas con la retirada de fondos, como sí han hecho Trump y Ayuso. Pero tampoco ha felicitado a la rectora de la Universitat Jaume I por cerrar el pasado ejercicio con un superávit. Ni ha animado a sus demás colegas a imitar a la Complutense, reduciendo un 35 % las alegrías.
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