Así ha quedado el bingo de Valencia arrasado por el incendio

Si los gestos siempre significan algo o implican una intencionalidad, los del portavoz de Vox en el ayuntamiento del 'cap i casal' son un libro abierto. Aunque el de tapar la tilde de València con una pegatina con la enseña nacional denote un desconocimiento de ... la mecánica administrativa impropio de un catedrático de Derecho. Aun así de lo que no se puede acusar a Juan Manuel Badenas en esta ocasión es de haber exagerado la nota. Antes al contrario, comparado con el sutil video que grabó para simbolizar cuál era su programa viario, ha estado muy comedido. Nada de echarse a la Gran Vía en camiseta imperio, con un martillo neumático al hombro para versionar el «A desalambrar» de Daniel Viglietti: «A descarrilar, a descarrilar/ que la calle es mía,/ es tuya y de aquel...», ni de recomendar sexo a los asistentes a un mitin. Me atrevería a aventurar que se contuvo porque su preocupación por las tildes y los acentos toponímicos no es reciente. El «socio preferente» y no por ello menos rival de MªJ Catalá se llama Badenas. Y, por si no lo saben, la diferencia entre llamarse Badenas -llana no acentuada por terminar en ese- y Bádenas -palabra esdrújula y por tanto atildada en la antepenúltima sílaba- es enorme y sustancial, no sólo desde el punto de vista ortográfico. Bádenas es el nombre de un pueblo que, por cierto, Jaime I desgajó de Daroca, mientras que badena o badea es la palabra que se emplea, según el DRAE, para designar «1. f. Sandía o melón de mala calidad. 2. f. Pepino o cohombro insípido y amarillento. 3. f. coloq. desus. Persona floja. 4. f. coloq. desus. Cosa sin sustancia.» Cuestión a la que nuestro concejal le tiene que haber dado más vueltas que a la de Valencia/València/Valéncia porque con mover un poco el acento habría salido del pelotón de los Feo, Gordo y demás víctimas de la escribanía, y nadie se habría dado cuenta. Como ya nadie repara a estas alturas de la inepcia en los Zaragozá (gentilicio) que han pasado a ser Zaragoza (toponímico) o en los guiones que los desinformados plumillas regalan a cualquiera que se apellide García, González o Pérez. Pero se ha mantenido fiel a su linaje. Y, aunque ya hay quien le recomienda que se lea «Gobernar en minoría ayuntamientos fragmentados» antes de hablar y ha demostrado estar también bastante pez en historia local -«Valencia lleva 2.000 años llamándose así» (sic-), está haciendo algo con lo que no contaban quienes se inventaron ese arma de distracción y corrosión masiva que es el valenciano. Utilizarla por primera vez en la historia contra la derecha -léase el PP- como la extrema derecha germana esgrime la emigración contra la CDU.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad