Gracias, Paco

Mi madre, una señora de 74 años, ya ha cobrado la ayuda de la Generalitat para los damnificados tras la terrible DANA que arrasó parte ... la provincia de Valencia. Mi madre tiene una casa en la calle Buñol de Chiva y ha quedado destrozada después de que el agua marcara un nivel en la fachada de 2,94 metros más los cinco o seis hasta la base del cauce. En el listado del 25 de noviembre, y que se puede consultar en la web 'gva' aparece su nombre y la aportación de 6.000 euros de ayuda. Un alivio entre tanto drama. La labor de cursar la solicitud es farragosa y complicada, muy lejos de las posibilidades de las personas mayores que en muchos casos ni tienen acceso a internet ni están aleccionados para mandar un documento por vía telemática. Los pasos y las órdenes en el portal 'gva' no están al alcance de cualquiera y esa máxima de que hay que hacerle fácil la vida a los ciudadanos brilla por su ausencia. Con tesón, logré cursar la petición, aunque mi obra no fue completa. Como era de esperar, recibí varios avisos de corrección que debía subsanar para optar a la subvención. Entre tanto lodo burocrático apareció Francisco Angla -Paco-, un funcionario amabilísimo, cordial, paciente y reconfortante. Un ángel de la guarda de la administración que me guió para sortear todos los obstáculos bien con llamadas o bien con correos electrónicos. Sin Paco no hubiera sido posible y sin él, mi madre no estaría menos disgustada. Este humilde homenaje a Paco debe servir para hacerlo extensivo a todos aquellos funcionarios y funcionarias que han empatizado con aquellos que han sido golpeados por la destrucción, que han tenido la paciencia de repetir las instrucciones para cursar las ayudas o que han cogido el bolígrafo para rellenear un documento como si la casa o el coche fuera suyo. Las ayudas del Consell por ahora llegan, y lo han hecho casi a la vez que la de Marina de Empresas, que una vez más ha demostrado la firmeza de sus promesas. Ahora hay que esperar al Gobierno, con el que ha habido un primer acercamiento sin más noticias, mientras Sánchez no para de ofrecer paquetes de ayuda. Y al lío del seguro, donde las grandes firmas lo depositan todo en el baúl de un Consorcio ahogado por la lluvia de expedientes. A mi madre le asignaron un perito con sede en Toledo, a 400 kilómetros de Chiva, para por videollamada dar el parte de daños. Estas modernidades de hoy en día no funcionan con una casa apuntalada, con las vigas acariciando paredes de adobe con la amenaza de hundirse y plantas bajas que se convirtieron en tanques de agua. A la espera estamos de que el seguro se digne a mandar un emisario que, por lo menos, permita comenzar por el principio, que es el mejor inicio porque no hay ayuda que valga sin perito que firme si hay dinero para la reconstrucción. La carrera va a ser de fondo con la esperanza de que aparezcan muchos Pacos en cada etapa.