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Voy a ser fino y lo dejaremos en que me importa un bledo si el mensaje se envió antes o después de que el presidente ... de la Generalitat, Carlos Mazón, llegara al Cecopi. Ese no es el tema, que lo es, pero no el más importante de todos. Con mirar el reloj, lo único que hacemos es fijarnos en el árbol y no en el bosque. La experta en gestión de catástrofes Begoña Vitoriano ya dijo que uno de los grandes errores en la gestión de la pandemia fue poner los ojos sólo dónde llovía y no alargar la vista hasta el lugar en el que iba a acabar toda ese agua. La famosa frase de Mazón de que llovería en Cuenca sin saber que la tromba acabaría en la Albufera. En este caso pasa lo mismo. Insisto, lo importante no es a qué hora apareció Mazón, que lo es, sino por qué todos los presentes fueron incapaces de ponerle luces largas a la situación, de analizar que la tromba en Chiva iba a generar una desgracia aguas abajo y que para evitar todo eso lo mejor hubiera sido redactar un mensaje, tanto en tiempo como en forma, para que la gente se subiera a plantas altas y que no bajara a los garajes. La gran desgracia de los valencianos fue contar con un Cecopi de inútiles y, el que no se dé por aludido, que salga a la palestra y diga lo contrario con datos y verdades. Hay muchas preguntas todavía sin contestar y que todos esperamos que la jueza Ruiz Tobarra, que por ahora no defrauda, sea capaz de sacar a imputados, porque los habrá, y testigos que pasarán por la causa que se merecen cada una de las 227 víctimas. El relato de los familiares de los muertos estremece. Hijas a las que su madre les dijo que iba a morir ahogada; madres y esposas que vieron salir a sus maridos a socorrer a otras personas y que ya no volvieron a casa; gente que se jugó la vida y la perdió a ciegas porque nadie les informó de lo que estaba pasando, y mientras tanto, cuatro meses después de la mayor desgracia que ha sufrido la Comunitat Valenciana en toda su historia, politicuchos y politicuchas, malgastan su tiempo y el sueldo público en buscar culpables. No hay presidente que aguante 227 muertos en su expediente y a Mazón, si no lo decapitan antes, la legislatura se le va a hacer muy larga. Bernabé, que comenzó bien, ya empieza a estar más que mal porque sabe que este asunto le va a salpicar y sálvese quien pueda. En pleno potaje, hay un presidente del Gobierno ausente, llámese Pedro Sánchez, y una ministra y lideresa socialista más preocupada de los pingüinos que de los valencianos. Morant no sirve para nada. Esta es la pura realidad, no hay más. Nos toman el pelo, nos toman por tontos. Nos da igual, a todos los afectados, quién estuvo y quién no. La única respuesta que necesitan los valencianos es saber por qué no se actuó antes y por qué no se tomaron las medidas oportunas para evitar parte de las 227 muertes. No lo debería hacer, por edad y respeto, pero hay veces que, como Fernán Gómez, me gustaría mandar a todos a la mierda.
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