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75 aniversario de la Orquesta de Cámara de València
HERME CEREZO
Miércoles, 15 de enero 2025, 23:18
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HERME CEREZO
Miércoles, 15 de enero 2025, 23:18
No se puede precisar la fecha exacta, pero hay constancia de que, aunque unos meses antes ya se habían iniciado ciertos movimientos, fue en enero ... del año 1950 cuando el maestro Daniel Albir, con el respaldo del R. P. Salvador de Rafelbunyol, Consiliario de la Hermandad Católico-Ferroviaria, fundó la Orquesta de Cámara Ferroviaria de València, que terminaría llamándose simplemente Orquesta de Cámara de València.
Un puñado de músicos titulados, que se conocían de sus bolos en zarzuelas, óperas y misas mayores, puso en marcha un proyecto puramente amateur, que se mantendría en funcionamiento hasta la segunda mitad de la década de los años ochenta del pasado siglo. De haber tenido continuidad a lo largo del tiempo, este primer mes de 2025 la Orquesta habría podido celebrar su setenta y cinco aniversario.
Sobre la iniciativa del maestro Albir, el conocido compositor Eduardo López-Chavarri afirmó en su día que «la característica más destacada de esta Orquesta -formada por treinta instrumentistas de arco- por la que es acogida siempre con el mayor agrado, es la de que sus componentes, sin dedicarse profesionalmente a la música, la cultivan en su especialidad de cámara, con generoso desinterés material y gran visión sobrenatural, como expansión artística de su ordinaria labor profesional, haciendo de la música -el arte que más eleva a Dios- un instrumento de apostolado». Su repertorio llegó a contar con partituras de casi un centenar de compositores como Albéniz, Bach, Boccherini, Grieg, Beethoven, Brahms, Corelli, Haydn, Tárrega, Schubert, Vivaldi, Telemann, López-Chavarri, Albir, Purcell, Toldrá, Wienawsky o García Abril entre otros.
La Orquesta ofreció sus primeros conciertos en la Sala Escalante, para después trasladarse a la que sería su sede más longeva: el Teatro Talía, ambas de la ciudad de València. Sus últimas temporadas pudieron escucharse puntualmente en el Salón de Actos del Ateneo Mercantil o en el Centro Cultural Bancaixa. Embutidos sus intérpretes en impecable smoking y pajarita negra, ellos, y riguroso vestido negro, ellas, la Orquesta visitó con periodicidad irregular, pero constante, la práctica totalidad de las localidades de la provincia de València. También se escuchó su buen hacer en otros lugares como Vila-real, Teruel, Alicante, Albacete y Madrid, ciudad a la que sus miembros acudieron en varias ocasiones. En 1956, tocaron en el Salón de Cristal del ayuntamiento madrileño y pocos años después participaron en la demostración sindical del 1 de mayo, que se organizaba en el estadio Santiago Bernabéu. Sin embargo, el momento estelar del elenco camerístico, realmente bisoño entonces, tuvo lugar en 1953, cuando sus músicos viajaron a Italia de la mano de CIFESA, para actuar en Castel Gandolfo, bajo la atenta escucha de Su Santidad Pío XII, y también en la Casa de España en Roma, donde fue recibida y agasajada por el embajador español Fernando María Castiella. En total fueron cuatro los conciertos interpretados en el país transalpino.
Puntualmente, y en calidad de solistas, participaron en sus actuaciones cantantes, violinistas, pianistas, flautistas o guitarristas profesionales. Entre ellos cabe destacar la presencia del célebre pianista valenciano José Iturbi. Igualmente, la Orquesta compartió escenario o altar, que de todo hubo, con múltiples asociaciones corales como la Agrupación Vocal de Cámara, la Coral Polifónica Valentina, la Masa Coral Utielana, la Agrupación Coral Valenciana, la Coral Ferroviaria, los Niños Cantores de las Escuelas de San José, el Orfeón Universitario, el Orfeón Polifónico de Alaquàs y la Sociedad Coral El Micalet.
A lo largo de sus más de treinta años de actividad artística, la Orquesta ofreció casi quinientos conciertos, sufragados gracias a la aportación económica de sus socios (llegó a contar con más de trescientos), así como de organismos públicos (Ayuntamiento y Diputación) y privados (Caja de Ahorros y Monte de Piedad). Desgraciadamente, el envejecimiento natural de la plantilla de profesores y profesoras unido a la falta de «cantera» por llamarlo así, condujo a la desaparición de este elenco musical que tantos buenos momentos proporcionó a los aficionados a la música de cámara.
Al frente de todo este proyecto se encontró siempre su fundador y alma mater del proyecto, Daniel Albir Gordillo (Valencia, 1912-1995), hombre de temperamento inquieto y emprendedor. En su vida privada fue jefe de personal de VASA, dedicada al transporte interurbano, y en su tiempo libre dio rienda suelta a su vocación artística. Además de dirigir la Orquesta, compuso algunas obras, entre las que cabe señalar Meditaciones musicales, Peñíscola, Capricho levantino, Marcha elegíaca y los villancicos Pastorela y Niño Dios. El maestro Albir estaba en posesión de la Cruz de Caballero de la Orden del Mérito Civil.
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