El gran robo. Cinico. Burlon. Desvergonzado. Sánchez continúa saqueando a los españoles. Acaba de suceder otra vez. El pasado martes. Con la entrada en vigor ... de la subida del IVA correspondiente al conjunto de los alimentos básicos. Es decir, el núcleo principal que integra la cesta de la compra. Aceite de oliva. Leche. Pan. Huevos. Queso. Fruta. Patatas. Legumbres. Verduras. Cereales. Que ahora pasan del cero al dos por cien de gravamen. Además el Gobierno tiene previsto incrementar aún más el IVA de estos y otros productos a partir del próximo 1 de enero. También esta semana ha subido la tarifa ordinaria del gas. Así que se avecina un encarecimiento del coste de la vida. Otra vuelta de tuerca al agobio cotidiano que sufren las economías familiares más débiles. Aquellas que han de ir tirando con salarios muy bajos o pensiones de miseria. Cuando además millones de compatriotas viven en riesgo de exclusión social y pobreza. Sin embargo, Sánchez persiste en su afán de dilapidar el dinero público. Asaltando el bolsillo de los contribuyentes con impuestos abusivos a fin de mantener la maquinaria particular del sanchismo y sus secuaces. Socialmente improductiva. Trapicheos y pactos. Asesores. Enchufes. Prebendas. Chiringuitos. Subvenciones. Propaganda. Amen -por supuesto- de la sangría económica que supone la emigración ilegal. Una invasión migratoria que PSOE y PP alientan juntos. Sin olvidar tampoco el coste que entraña la corrupción sanchista. Esa que afecta a su familia y a su partido. Al propio Gobierno y a él. Una realidad imposible de ocultar. Aunque esta misma semana se haya reunido por vez primera la Comisión creada con la intención de perseguir a los medios de comunicación que a Sánchez le resultan incómodos. Un engendro a lo Maduro. Bananero. Con siete Ministros formando parte de ella. Tratando de amordazar la verdad. Encima el colmo de la mofa es que anteayer el autócrata anunciara que va a destinar a las pequeñas y medianas empresas miles de millones de euros -provenientes de fondos europeos- tras haberlas hundido en la pandemia con un confinamiento ilegal e impidiendo que tales ayudas llegaran entonces a ellas y a los autónomos. Tomadura de pelo manifiesta el mismo día que el Gobierno entregaba a Bildu el diseño de la seguridad ciudadana. Una traición sangrante. Miserable. Sin embargo, Feijóo sigue en las nubes. Pactando con Sánchez. Aquí y en Europa. Lamentable. Por eso hoy solo queda Vox hablando claro. Coherente. Siempre leal al servicio de España.
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