Urgente Un accidente en la A-7 provoca varios kilómetros de atascos sentido Alicante

Hemos dejado atrás un año cruel para los valencianos, cruel por las casi 250 víctimas mortales y miles y miles de damnificados por las dos tragedias, la dana y Campanar, sin contar las consecuencias de la discriminación por obra y gracia de la política de ... Pedro Sánchez, también de Gobiernos anteriores. Ahora nos toca el deber de poner todas nuestras fuerzas en la esperanza de la recuperación a pesar de la incompetencia instalada en el Palau de la Generalitat y de la alevosía rayana en la criminalidad del Palacio de la Moncloa.

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No consigo desentenderme emocionalmente del desastre, más aún al dar una vuelta por la zona afectada y comprobar la lentitud de los trabajos, la escasez de personal especializado y la tristeza reinante en el ambiente. Eso que los habitantes de Paiporta, Sedaví, Algemesí y demás demostraron la voluntad de superación y se esforzaron en no olvidar las fechas entrañables de la Navidad. Pero el escenario, aunque con evidente mejoría, resulta desolador, e induce a pensar en cómo afectará psíquicamente a todos ellos. Los expertos afirman que los efectos salen a la superficie pasados cuatro o cinco meses.

Por ello, prefiero pensar que se harán realidad las declaraciones de Demetrio (Torrent), «espero que de nuevo brille el sol...», un lamento en modo esperanza o una esperanza en modo lamento, que las de Juanvi (Chiva), «estoy más pesimista que esperanzado... Estoy de papeles hasta aquí. Eso es lo más desesperante, y eso depende de los políticos». Manifestaciones expresadas el domingo pasado en un reportaje de Jorge Alacid en LAS PROVINCIAS recogidas en varios pueblos de l'Horta Sud. Como las de Laura (Picanya), «quiero ver que las cosas vuelven a ser normales».

No entiendo la dilación en la entrega de las ayudas, independientemente de que son pocas las presupuestadas hasta ahora. Los perjudicados lo claman unánimemente. La urgencia obliga a nuestros políticos a acelerar la tramitación administrativa, incluso entregando las subvenciones primero y después analizar su legalidad. Deben tener en cuenta que la demora puede imposibilitar en muchos casos su restablecimiento y que «los 8.000 millones de euros presupuestados por el Gobierno central a fondo perdido están muy por debajo de las pérdidas» según Joaquín Maudos, director adjunto de investigación del IVIE, en ese mismo número del periódico.

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Es hora de que nuestros gobernantes, nacionales, autonómicos y locales, se muestren dignos de la confianza que hemos depositado en ellos. Como dice un personaje de 'Nadie en esta tierra' de Víctor del Árbol, «no se hacen buenos marineros en una mar tranquila». Ahora es su momento. Así es la vida.

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