Urgente La Lotería Nacional del sábado deja el primer premio en un popular municipio valenciano y otras cinco localidades

Espero que ya nadie dude de que el Nuevo Mestalla será una realidad, según asegura Rogelio. No lo cuestioné jamás, menos aún cuando María José ... Catalá accedió a la Alcaldía, como así dejé plasmado en este Gallinero, «me consta que entre sus objetivos prioritarios está ¡ojo al dato! INAUGURAR EL NUEVO MESTALLA ANTES DE MAYO DE 2027».

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No sé si terminará cumpliéndose esa fecha, pero poco le faltará. Tuve la seguridad por los intereses económicos y políticos que subyacen en este entramado. Ningún alcalde o presidente abandonarían la idea de un estadio moderno, homologable con la élite deportiva, cuando además en el horizonte emerge ser sede del Mundial. Quizá dudarían de comenzar un proyecto, nunca dinamitarlo.

El problema se esconde, entro en el interés económico, en el proyecto urbanístico, en el terreno terciario en derredor, un sector paralizado durante quince años. Ahora es el momento para ejecutar, cuando la construcción de viviendas, residencias y demás se erige en principal protagonista político-económico. Peter Lim es un empresario y desde luego mejor que quienes tanto lo denostan y así lo ha demostrado en la elección de sus colegas. ¿Quién recela de la consistencia de Atitlan o Goldman Sachs? Son los socios elegidos y, por si faltaba alguien, opta como esponsor del Valencia CF la tercera empresa inmobiliaria de España, valenciana de Alicante. Convendremos que ninguno de ellos son unos indocumentados como para meterse en negocios ruinosos. Como complemento están los 80 millones del fondo CVC para la edificación del campo.

El desarrollo urbanístico presenta hoy un interés renovado y Lim lo percibe. Me refiero a su faceta de empresario, no a la deportiva que evidentemente presenta claras lagunas, a veces hasta vergonzosas, para un equipo que él ha alejado de la aristocracia europea. Pero convénzanse los pretendientes por la cara, a Lim se le puede quitar el club con dinero, no por el morro como éstos intentan.

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No tiene ningún sentido quienes reivindican la intervención del Ayuntamiento y la Generalitat para su despedida. ¿Por qué si está al día con todos los pagos según asegura mi amigo, si en el contrato de compra no concretó cuándo terminaría el estadio ni garantizaba campeonatos? Las Administraciones tendrían que intervenir entonces cada año tres o cuatro veces al año por causa de los descensos.

Lo siento por los anhelos, en modo 'patiment', de mi admirado amigo Pablo Salazar, valencianista de verdad, que no verá la demolición del hasta ahora esqueleto de cemento que nos ha avergonzado más de un decenio ni la remodelación del viejo campo. Pablo, no padezcas tanto. Otra vez se va a salvar. Así es la vida.

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