La cruzada de Pedro Sánchez

He querido comenzar con estas afirmaciones de una persona con credibilidad, que se atreve a mostrarse independiente, a decir lo que piensa, pero que describe, en mi opinión, milimétricamente la personalidad del presidente del Gobierno, como demuestra estos días con su campaña contra el PP centrando en que la negativa de Feijóo a renovar el Consejo General del Poder Judicial incumple la Constitución. Lo hace para enjalbegar su acuerdo con Puigdemont y ERC de la Ley de Amnistía, que él siempre ha calificado de inconstitucional. Es verdad que no está consiguiendo que los españoles lo acepten, a pesar de habernos tomado el pulso como afirma Reverte. De ahí su recorrido estos días por diferentes medios para convencernos de que si él vulnera la Carta Magna, también lo hace el PP en una comparación emética.

Eso sí, esconde la propuesta de Feijóo de que previamente al pacto con él se cambie la Ley y sean los jueces quienes elijan a los miembros de los órganos judiciales. Una propuesta que parece razonable en un Estado de Derecho, donde es imprescindible la independencia de la Justicia, una independencia que no cabe en el proyecto de Sánchez para perpetuarse en el poder, como así evidencia con la Fiscalía General del Estado y el Tribunal Constitucional, a los que ya tiene a su merced. ¡Cómo no! ha comenzado asimismo el asalto a la prensa con el nombramiento de presidente de la Agencia Efe, de cuyas noticias se nutren cantidad de medios en España y en el mundo, a quien fuera su secretario de Estado de Comunicación.

Él está embarcado en que los españoles aceptemos pasivamente la Ley de Amnistía como normal después de haber conseguido que los españoles hayan tragado la excomunión de Vox como extrema derecha, como el único extremo político del escenario blanqueando a comunistas, a separatistas y a cómplices de los terroristas. Se alía y comulga con quienes no están en ningún Gobierno democrático de Europa, ni probablemente del mundo.

Ésa es la cruzada en la que se ocupa actualmente. Trasladarnos como normal lo que es ilegal e inconstitucional. Es su trampantojo. Sólo espero que se cumpla aquella afirmación de Julia, la gran emperatriz de Roma «nuestras mentiras nos persiguen toda la vida y, al final, siempre nos encuentran. Así es la vida.