Todo político mancillado en la gestión de la dana tiene ante sí un obstáculo probablemente insalvable para seguir protagonizando la Cosa Pública. El asunto se está embarrando tanto que aparece como la espada de Damocles para todos ellos, más aún cuando la confrontación entre los ... dos bandos, central y autonómico, los hace irreconciliables, un escenario que con las elecciones en el horizonte de dos años, lejos de suavizarse, se enconará.
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Es una conclusión recogida por mi amigo Rogelio de algunos expertos en política por haberla vivido desde dentro unos cuantos años y cuya opinión suele ser atinada. «Conociendo la frialdad con que actúan los políticos cuando se trata de sus intereses ¿por qué Sánchez y Feijóo van a arriesgarse a nombrar o mantener candidatos que, en cualquier momento, pueden ser encausados en el proceso judicial ya iniciado?».
Conforme pasan los días, vamos conociendo los defectos y las responsabilidades en el día de autos. El reparto de las mismas se evidencia hasta llegar a sembrar dudas hacia todos. Igual que nadie entiende que Mazón estuviera desaparecido durante un tiempo o que no pidiera la emergencia 3, nadie entiende el apagón informativo por parte de la Confederación Hidrográfica ni que su presidente enmudeciera casi cien días, ni que Pilar Bernabé permaneciera en su despacho ni solicitara ayuda al Ministerio del Interior ¡Marlaska, otro que tal baila con su ocultamiento! Demasiado trabajo y demasiados implicados para los tribunales.
Todo lo que vamos conociendo enloda más la gestión de la catástrofe. Ahí están las informaciones de LAS PROVINCIAS sobre la paralización de las ayudas de otras regiones por parte del 112, o la referente a la alcaldesa de Paiporta incumpliendo las ayudas a los comerciantes. Hay suficientes datos como para que todo se encenague más cuando unos y otros se intercambien las imputaciones para salvarse ante los jueces.
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La confusión invade la tragedia del 29-O con acusaciones permanentes y mutuas entre el Gobierno de Mazón y el de Sánchez en la figura de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé. Hasta la reunión entre los comisionados para la Reconstrucción, general Gan y José María Ángel, se asemeja más a un cuento de hadas que a un cónclave serio con sus miembros metidos en faena. Después de más de tres meses, no parece un avance sustancial ver como conclusión principal abogar por la colaboración y dejar el enfrentamiento, además de algunas otras generalidades. Eso sí, ninguno de los dos tenía responsabilidad aquel día.
Lo acontecido en l'Horta Sud es tan letal -224 muertos- que para los implicados se hace posiblemente inviable eludirlo ilesos. Así es la vida.
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