Enrique Ponce cumplirá este año un deseo y algo más importante, un compromiso con los aficionados. Su sorprendente e inesperada retirada, junio de 2021, tras torear en León dejó un vacío que aún no se ha llenado, ese hueco personal intransferible. Porque en la actualidad ... hay diestros de su nivel en los ruedos, cada uno con su personalidad, ninguno con ese porte artístico emanando de todos sus poros, en el albero y fuera de él. Ninguno responde hoy a esa frase genial del maestro, este del periodismo taurino, José Luis Benlloch en su entrevista del pasado domingo en LAS PROVINCIAS al atribuirle «...la gloria de un lidiador, que en lugar de luchar con los toros, los convencía».

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Como digo, el sabio de Chiva debía esas faenas del adiós a los aficionados. No habrá sido fácil decidirse. Por el tiempo transcurrido sin el contacto diario y por las lógicas presiones familiares y de seres queridos reacios a que exponga su vida ante los cornúpetas. Más aún, cuando Ponce se ha distinguido por su sabiduría y elegancia, y por no abandonar nunca fueran cuales fueran las condiciones de astado. Siempre sabía cómo sacarle todo lo que podía ofrecer. Muy difícil era salir de la plaza decepcionado. Él se ha mostrado más allá del talento, a la altura del genio, ése que definía Schopenhauer «el talento alcanza un objetivo que nadie más puede alcanzar, el genio alcanza un objetivo que nadie puede ver».

Eso sí, estoy convencido de que Ponce seguirá defendiendo la Fiesta ante el mundo, enhiesto como ante el toro, y orgulloso de una expresión artística, vituperada especialmente por una izquierda inculta y cantada como ningún otro arte por los genios más heterogéneos en literatura, pintura, escultura, cine, teatro. Por Picasso «los toros son lo más español, junto a la paella, la misa y el burdel», García Lorca «Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejía a las cinco en punto de la tarde...» o los bronces de Mariano Benlliure, Pedro Muñoz Seca o Miguel Hernández «como el toro he nacido para el luto...», Goya, Barceló... hasta traspasar fronteras como 'Fiesta' de Hemingway, Orson Wells «...O llevarás luto por mí» (Dominique Lapierre)...

Ponce cumplirá consigo mismo y con nosotros, y sumará unas cuantas a esas más de 2.500 corridas, más de 5.000 toros, de ellos 50 indultados. Espero estar en su despedida valenciana, el 9 de octubre, convencido de que nos volverá a brindar, una vez más, otra tarde triunfal como muchas otras vividas en su plaza favorita. Y a la vez, recibirá el merecido aplauso y el agradecimiento de todos, los presentes y los ausentes. Gracias, maestro porque, según tus propias palabras, es el adiós definitivo. Así es la vida.

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