En España, nada nuevo bajo el sol

Ésta doble conclusión parecía vislumbrarse a la hora de escribir la columna. En clave española y respecto a la batalla entre el PP y PSOE, Pedro Sánchez habría cubierto positivamente los flancos que le acechan: Begoña Gómez, Koldo, amnistía... y obtenido la respuesta positiva de la llamada a sus fieles. El jefe podrá hacer buenas las palabras de la emperatriz en 'Julia retó a los dioses', «el agradecimiento es uno de los mayores promotores de la lealtad que existen en el mundo». Alberto Núñez Feijóo, por su parte, no ha alcanzado las cotas previstas por los suyos para visualizar un horizonte victorioso frente a su oponente, a pesar de haber logrado casi duplicar los escaños de 2019. Ha absorbido los votos de Ciudadanos pero sus posibilidades se desangran con la aparición de Vox y de la personalísima 'Se acabó la fiesta'. El anunciado demarraje de los azules no ha surtido el efecto deseado y los bermejos mantienen la rueda, dicho en términos ciclistas, lo que significa que la batalla entrambos continúa siguiendo la tesis de 'Asesinos de élite', «una guerra no termina hasta que ambos bandos lo deciden». Y no parece que Sánchez esté por la labor.

Respecto a la panorámica ofrecida por el conjunto de las naciones de la UE, se abre un nuevo horizonte por el referido crecimiento los partidos de derecha que podría modificar la tradicional gobernación continental. ¿Qué sucederá si el Partido Popular Europeo con todas esas formaciones conforman una mayoría sobre los socialistas y la extrema izquierda? ¿Qué harán en ese caso los populares europeos? ¿Cambiarán o mantendrán la camaradería habitual con los socialistas?.

Lo más curioso lo protagonizaban anoche los prebostes del PSOE: el alborozo triunfal a pesar de haber perdido. Como hace casi un año. Así es la vida.