¿Feijóo aguantará así dos años?

Como decía al inicio, la situación de Mazón, no son palabras mías «está trascendiendo demasiado por culpa de él mismo, lo que provoca una modificación cualitativa en el análisis. Tanto que esta misma semana sus nuevas afirmaciones han vuelto a globalizar el problema de la dana a nivel nacional». Un panorama nada positivo.

No nos engañemos. Los intereses electorales de Alberto Núñez Feijóo primarán sobre cualquier otra cosa y, desde luego, sobre los de Carlos Mazón. Sucede que la preocupación del resto de presidentes amplía la inestabilidad respecto a su destino, cada vez más en el aire por la falta de credibilidad como consecuencia de la multiplicidad de versiones. Hasta puede dinamitar lo que parece el lema del Molt Honorable, «el que resiste, gana. El que gana, vive», como aconsejaba la emperatriz Julia de Posteguillo.

Su vida pública será cada vez más insostenible por la capacidad en la movilización callejera demostrada por PSPV y Compromís en otras ocasiones con Paco Camps y Rita Barberá. Los escraches, manifestaciones y concentraciones ya están en el orden del día. ¿Cómo afectarán a Feijóo? ¿Cuánto tiempo se soportarán?

Todo ha ido a peor. Si la falta de sintonía entre Feijóo y Mazón ya se originó desde el minuto uno, cuando éste desoyó -o le engañó- el consejo de pedir la emergencia tres y trasladar la responsabilidad al Gobierno central, el cambio de versiones ha empeorado la relación. Recordemos que el líder nacional ya visitó la zona devastada sin la compañía del presidente de la Generalitat. De ahí que se barajen ya diferentes salidas, de las que hablaré el próximo día, como del otro problema valenciano que tiene Feijóo.

El caso es que me entristece ver el nivel de los políticos en España. Se podrían escribir libros sobre Pedro Sánchez y sus ministros. A veces pienso que aún tendrá razón Esteban González Pons cuando pone en boca de uno de los personajes de «El escaño de Satanás», «Los políticos estamos para que haya alguien llenando el cargo, no para solucionar nada. somos el relleno Institucional. España funcionaría igual de mal sin políticos, pero no lo sabe«. Así es la vida.