Mazón, paso adelante

Cuando hablo de liberarse de complejos, me refiero a que, frente a los acuerdos del PSOE de. Pedro Sánchez con proetarras, comunistas y separatistas, este pacto con Vox representa una alternativa más sensata y alineada con los principios de los votantes del centro-derecha, más aún cuando se centra, además de la citada reconstrucción, en la lucha contra la inmigración ilegal, la rebaja de impuestos, el apoyo a las familias o los recortes en capítulos innecesarios.

Son capítulos más importantes que conveniar con fuerzas que buscan la imposición de su agenda ideológica y no el interés general. Sánchez ha demostrado que su prioridad no es el bienestar de los ciudadanos. Las cesiones a los separatistas, las amnistías y la influencia de partidos radicales obvian el interés nacional. En este contexto, nuestra Comunidad marca la diferencia con una apuesta por el sentido común.

Sin embargo, la izquierda sigue imponiendo su relato con el silencio cómplice de muchos. La estrategia progresista de dominar la narrativa pública ha calado, mientras el PP peca en ocasiones de pasividad. Es momento de que el centro-derecha recupere la iniciativa y defienda sin complejos su modelo de sociedad, en el que la libertad económica, el fortalecimiento institucional y la unidad de España sean irrenunciables.

El acuerdo de Mazón -lástima no haber exhibido los mismos reflejos siempre, pero ya se sabe que, como escuché a uno de los protagonistas de 'Conspiración en El Cairo', «el poder es un arma de doble filo y es fácil cortarse con ella»- demuestra que hay otra forma de hacer política, sin renunciar a los principios ni caer en el chantaje de quienes sólo buscan privilegios.

Acierta al obviar las diferencias con Madrid. Causa estupor, si no conociera el percal, cómo pretenden culparle de la derrota electoral de 2023 por pactar con Vox cuando fue Feijóo y sus mariachis quienes erraron al inmovilizarse por el favor de las encuestas y dispararon sólo contra Abascal en lugar del PSOE. Pasa siempre, en los periódicos, bandos, multinacionales... la central nunca tiene la culpa.

Ahora, el reto se centra en consolidar este camino y evitar que la izquierda continúe imponiendo su discurso con la complacencia de quienes deberían liderar la alternativa para recibir nuestra confianza y no tener que votar con la nariz tapada. Así es la vida.