La ruptura incomprensible de Vox con el PP ha causado tranquilidad a Carlos Mazón y, según mi amigo Rogelio, preocupación a María José Catalá en el Ayuntamiento. Mientras el presidente se ha liberado y tiene la bala en la recámara de la convocatoria electoral si ... ve riesgo, además de otras prebendas a su favor, la alcaldesa tendrá que cuidar sus relaciones con el grupo municipal de Juan Manuel Badenas.
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Así lo indican los primeros gestos tras la huída voxista. Del «nos hemos quitado un marrón de encima, la situación era insoportable» que transmitía ayer un miembro del círculo estrecho del Molt Honorable a la incertidumbre en la 'Casa gran' por razones de tipo personal y política. Mientras éste ha dado la apariencia de convivencia tranquila -al parecer no lo era tanto aunque la sintonía con Vicente Barrera así lo indicaba-, la peculiar personalidad del portavoz municipal de Vox emite signos diferentes en lo público -»aprovecha cualquier ocasión para dar por el saco a la alcaldesa», cuentan- como en el personal, conocida es su aversión hacia la máxima autoridad capitalina.
La diferencia del nuevo escenario entre la Generalitat y el Ayuntamiento se amplía con la posibilidad estatutaria de disolver Les Corts y convocar elecciones en caso de intuir una maniobra estrafalaria de moción de censura, como hizo Díaz Ayuso en Madrid cuando previó el pacto entre la izquierda y Ciudadanos. Una facultad de la que carece María José Catalá.
Esta posibilidad legal, según mi análisis, se vislumbra bastante improbable aunque la historia política en los Ayuntamientos desde 1979, fecha de los primeros comicios, muestra innumerables ejemplos al intervenir en la vida municipal circunstancias distintas a la de los Parlamentos, como las relaciones personales, familiares, materiales e, incluso, ideológicas. Un par de ejemplos llamativos: Rodríguez Sahagún (CDS) fue alcalde en Madrid en 1989 con nueve concejales a través de una moción de censura junto al PP (20 escaños) contra el socialista Juan Barranco (24 ediles).
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También de la misma trascendencia en el mundo autonómico, como el 'Tamayazo' que culminó en la Presidencia al PP de Esperanza Aguirre en 2003 por la traición de dos diputados socialistas a su partido. Estas dos operaciones escandalosas no perjudicaron a los aprovechados. Al contrario, el PP protagoniza una hégira impresionante en ambas instituciones. Nuestra Comunidad tampoco se ha librado de operaciones o amagos similares. Como explica en 'El problema final' Arturo Pérez Reverte, «Tratándose de seres humanos, nunca hay que atribuir a la locura, lo que puede atribuirse a la perversidad«. Así es la vida.
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