Intereses espurios

Me pilló el partido en un incidente hospitalario, y no pude más que seguir el partido refrescando la página web del diario. Debió de ser ... el partido de siempre que tantas veces hemos visto, y que vuelve una y otra vez a retratar la etapa de Meriton como una condena, aunque esa media tabla de Baraja al menos nos evite sustos. O sea que hoy tampoco habrá fútbol. Lo coherente con la mediocridad al uso, que te impide escribir de alineaciones y dobles pivotes. Acudo al diccionario, y aunque suele utilizarse espúreo en registros informales, lo correcto y pegado a la etimología es lo otro: espurio. Según el caso, que te señalen ciertas personas de determinada manera es lo mejor que nos pudo pasar. 'Los intereses creados' era aquella obra de teatro de tanto éxito, mil veces representada y olvidada, de Jacinto Benavente, y en la estrategia de Meriton para impugnar la declaración del Valencia como BIC, uno de los argumentos es que sus promotores, Últimes Vesprades a Mestalla (UVAM) y Libertad VCF, parece que tienen -tenemos- intereses espurios. Digo tenemos porque UVAM fue una iniciativa creada por Pepe González, Rafa Lahuerta y un servidor cuando lo de la maqueta, estupefactos por la decisión de abandonar Mestalla. El inicio de todos los males actuales. Espurio es algo falso, lo bastardo y fingido, lo que se aleja de la naturaleza correcta de las cosas. Proteger el patrimonio del club, sus vínculos con la historia de la ciudad, nunca puede ser espurio. Se nos podrían aplicar muchas cosas. Para calificar la tarea de esas dos entidades podrían elegirse decenas de adjetivos muy certeros, pero jamás el de albergar intereses espurios. Probablemente podrían definirse sus acciones como generosas, memoriosas, puede que con cierta tendencia a la hipérbole con la historia, con un incorregible impulso sentimental. Probablemente generosas, en modo alguno centradas en el dinero, en la consecución de favores personales, sino en lo colectivo. Pesados e insistentes sí que somos. Sabemos mucho más de temporadas o de cuando empezaron a radiarse partidos desde Mestalla que de fondos soberanos y paraísos fiscales. Más de uno habrá sacrificado horas de sueño, horas de trabajo robadas a la familia, sin transitar ningún local de restauración, buscando elementos de la historia del club. Más de uno, con la cabeza muy alta, ha repartido folletos, ha redactado presentaciones que fracasaron, informes sobre efemérides ayunas de la facturación. De hecho, hasta que caímos en la cuenta de la estafa, pensando que en verdad existía un cierto interés en la historia, UVAM participó siempre que pudo en los actos del Fórum Algirós que organizaba su Departamento de Patrimonio 'ars gratia et amore', como siempre, una laminita enmarcada, como el regalo mantenedor de una fallera mayor y a correr. Todo aquello era filfa, chatarra sentimental que aprovechaban para camuflar con fotografías color sepia lo que se facturaba entre bambalinas. Que en la estrategia procesal de Meriton resultes señalado como la parte contraria es un timbre de gloria, un sello de honor, un recordatorio de que estuviste en el camino correcto, el honesto, el que no se planteaba otro objetivo que un club recuperando la dignidad. Un club normal alejado de anomalías, de excesos, de cesiones perversas, de megafonías estridentes, de palabras en inglés que nada significan que en todo nos alejan del club de Montes y Cubells, de Mundo y Puchades, de Claramunt y Pasieguito, de Kempes. La historia, en manos de Meriton, era tan solo el envoltorio para hacernos colar gato por liebre. Y lo triste, una vez más, es comprobar que no hemos sabido transformar esa memoria para recuperar la dignidad en el Valencia.