El otro día leí en una red profesional una acertada reflexión de un exdirigente político, en la que analizaba el debate sociopolítico que está viviendo ... nuestro país. Más allá de cuestiones políticas y jurídicas, se centraba en el análisis económico del mismo, en la preocupante imagen internacional que se estaba proyectando, que afectaba a la inversión extranjera y desplazaba el foco respecto de la agenda de reformas económicas que eran necesarias abordar. Acababa advirtiendo que «algunos se juegan cuatro años, pero hay generaciones que se juegan las próximas cuatro décadas».
A raíz de esta lectura, pensé en escribir acerca de la sostenibilidad, de su impacto en la competitividad de las empresas; por una parte, en la extraordinaria habilidad, capacidad y trabajo de las organizaciones empresariales para hacer de la sostenibilidad un aliado en su estrategia empresarial; y por otra, en la dificultad de las mismas a la hora de entender y cumplir con una exhaustiva y prolija regulación medioambiental de ámbito europeo, nacional, autonómico y local , que en muchas ocasiones en lugar de ser una aliada de la iniciativa privada sostenible parece actuar como adversaria de la misma.
Es una verdad incuestionable, aunque algunos se empeñen en llevar la contraria, que en las últimas décadas las empresas han ido reconociendo y asumiendo su papel como agentes del cambio a nivel económico, social y medioambiental ; y todo ello a una gran velocidad, influenciados sin duda por el enorme poder de los consumidores/usuarios a través de sus decisiones y elecciones, de los inversores públicos y privados -que cada vez más apuestan por empresas que se rigen por criterios no sólo económicos, sino también sociales y medioambientales- y por el factor de atracción de talento.
Ludwig von Mises ya concibió la naturaleza como un factor de producción finito y destructible
En primer lugar debemos definir qué es la sostenibilidad. Desde un punto de vista técnico, la sostenibilidad hace referencia a que la satisfacción de las necesidades actuales no comprometa el futuro de las generaciones venideras. En definitiva , se trata de actuar de forma que las actividades económicas del presente perduren a lo largo del tiempo sin comprometer el bienestar social y ambiental .
El concepto de sostenibilidad y su relación con el ámbito empresarial empezó a construirse a mediados del siglo XX. El economista Ludwig von Mises ya concibió a la naturaleza como un factor de producción finito y destructible en su obra 'Acción humana, un tratado sobre economía' (1949) superando así el modelo enunciado en el siglo XIX por David Ricardo, para el que los recursos naturales son inagotables. (Publicación Modelo EGS: El medioambiente, la sociedad y el buen gobierno, claves de la empresa actual; de los profesores Carlos Ballesteros y José María Elola Oca, Universidad Pontificia ICADE).
Se trata de crear a través de la sostenibilidad un valor propio para la empresa, pero al mismo tiempo también un valor general para la sociedad; sin renunciar a la rentabilidad que es un elemento esencial de la empresa, puesto que ésta se crea para generar beneficios a sus accionistas de la manera más eficiente posible.
En un contexto tan incierto y cambiante, las empresas españolas han sabido mutar y aplicar nueva recetas y discursos a nuevos problemas, algo que otros sectores podrían copiar.
Han sabido pasar del modelo tradicional de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) a un modelo de AGS ( factores ambientales, de gobernanza/buen gobierno y sociales) mucho más comprometido con la sociedad y con el entorno donde la empresa desarrolla su actividad. Un modelo que actúa como marco de referencia de cómo orientar la estrategia empresarial y que obliga a las empresas a modificar sus actividades y procesos, integrando estos factores y que si bien inicialmente eran ajenos a la misma han entrado a formar parte de su estructura interna.
Y es que tal y como pone de manifiesto el Estudio sobre desarrollo sostenible de la PYME en España, llevado a cabo por el Consejo General de Economistas de España en octubre de 2021, los principales beneficios que se derivan de las políticas empresariales sostenibles son la mejora de la imagen y reputación de la empresa , el aumento de la satisfacción de los clientes, el aumento de las ventajas competitivas, la mejora de la motivación entre los empleados, y en último lugar, el aumento de la rentabilidad empresarial.
Los criterios ambientales, de gobernanza y sociales han supuesto un auténtico cambio en la estructura y mentalidad empresarial, dotando a las empresas de propósito y aportando una enorme ventaja competitiva, consistente en : 1.- Mejorar la inversión pública y privada, así como las condiciones de financiación otorgadas por las entidades bancarias. 2.- Mejorar la demanda, dado que en un mundo globalizado e hiperconectado, los consumidores se sienten cada vez más atraídos por las empresas con propósito. 3.- Atracción y retención de talento, siendo éste uno de los graves problemas de las empresas españolas.
En este sentido, el 57% de los directivos declararon que atraer y fidelizar talento es uno de los principales retos de los próximos tres años; el 59% admite que su empresa está teniendo dificultades para incorporar el talento que necesita mientras que el 65% reconoce que la escasez de talento pone en riesgo sus objetivos de negocio (así se desprende del XIX Informe 'Perspectivas España 2023' elaborado por la consultora KPMG para la CEOE).
Otro dato significativo es que el 87% de las personas pertenecientes a la generación Z (nacidos después de 1996) aceptan una oferta de trabajo atendiendo al propósito de la empresa (criterios AGS) .
Y en este contexto, ¿qué se espera de las diferentes instituciones y administraciones públicas? Pues de ellas se espera: una mejor legislación, seguridad jurídica y una profunda revisión de las ayudas públicas y planes de acción que de verdad incentiven y apuesten por la sostenibilidad rentable.
Si las empresas españolas han sido capaces de liderar este profundo cambio generando valor propio para la organización al mismo tiempo que un valor general para la sociedad con el fin de ganar las próximas cuatro décadas, ¿por qué algunos, en el ámbito político, se empeñan en ganar sólo los próximos cuatro años?
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