Barreras
Las reclamaciones de las empresas familiares o el impacto de las bajas laborales en la economía han quedado desdibujadas por el vodevil del PSOE
Revuelo. Hay semanas y semanas y, desde luego, la dejada atrás es de lasque mejor olvidar si uno quiere seguir creyendo en el sistema ... democrático. Porque entre el procesamiento del fiscal general del Estado y los visos de normalidad que da a esta situación el Ejecutivo central y la trama Koldo, convertida ya en Koldo-Ábalos-Santos Cerdán y todas sus derivadas (a nuevas escuchas, peor), cualquier extraterrestre que quisiera instalarse en España ha pegado media vuelta. Eso si a estas alturas aún le quedaban ganas de fijar residencia aquí teniendo en cuenta que, según las últimas estadísticas, un alquiler es ya un 60% más caro que una hipoteca en España o que lo de vivir en la ciudad es una quimera, lo que obliga a que uno de cada tres inquilinos tengan que optan por las periferias ante el alza continuo de esos alquileres. Un revuelo -el político- que sólo genera incertidumbre, el peor enemigo de la confianza de empresas y consumidores y, por tanto, de la economía, como hemos apuntado en alguna ocasión. Se posponen decisiones de compra e inversiones y entramos en esa economía del 'esperar y ver'.
Cifras. Por no olvidar que todo ese circo desvía la atención de asuntos que deberían centrar los esfuerzos de las distintas administraciones. Ha pasado desapercibido, además del acuerdo España-Gibraltar, las cifras de la incapacidad temporal y del absentismo laboral que han presentado Umivale y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE): cuesta 81.000 millones de euros al año (el 5,4% del PIB), crecen los trabajadores que repiten baja y España es uno de los países europeos que más acumula. Detrás, el envejecimiento de la población que trabaja, la mayor concienciación sobre la salud mental (de hecho, las más comunes son también las más difíciles de determinar, como los dolores -algias- y, sobre todo, los trastornos de salud mental) y un sistema de salud colapsado. Razones que dan que pensar y sobre las que habría que plantear soluciones, como con la economía sumergida, aunque esto daría para otro artículo.
Petición. También ha pasado desapercibido el toque de atención que lanzaban las empresas familiares valencianas en la asamblea de Ivefa ya no sólo por pedir menos crispación política y más apoyo para generar empleo. Ponían el foco en la presión fiscal que existe en la Comunitat, por lo que supone de barrera para el crecimiento y la durabilidad de los proyectos. Emi Boix, presidenta del Ivefa, no dudaba en señalar que esta situación «nos pone a la cola de España y nos asfixia». Sin olvidar tampoco una reclamación que venimos escuchando desde hace ya casi ocho meses sin que parezca que se ponga remedio: el SOS de empresas familiares afectadas por la dana que aún valoran si retomar su actividad debido a la demora en la llegada de ayudas. Urgen medidas, sobran escuchas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.