Urgente La Lotería Nacional del sábado deja el primer premio en un popular municipio valenciano y otras cinco localidades

La película 'The Brutalist', de Brady Corbet y Adrien Brody basada en la supuesta vida del 'arquitecto húngaro' Làszlo Tòth, ha conseguido convertir a muchos ... en nuevos expertos en arquitectura. Ya hay tantos hablando de dogmas y teorías que han conseguido que en poco tiempo tengamos tantos nuevos arquitectos civiles como entrenadores de fútbol. Ahora todo es brutalismo. No quería polemizar, pero releyendo crónicas y conociendo al actor de 'El pianista' -cuando viajas a Varsovia y Auschwitz entiendes mejor la película- y hasta 'Manolete', ese filme que pagamos entre todos pero nunca se estrenó comercialmente, sólo casualmente para cobrar la subvención, entiendes hasta el revuelo.

Publicidad

Se ha escrito mucho ya de cuántos y tantos edificios brutalistas hay en cada ciudad o pueblo español. Todo un nuevo catálogo para Taschen. Al fin y al cabo es un poco como salir o entrar en la Bauhaus o recordar la arquitectura de los regímenes totalitaristas. El hormingón es barato. No engaña. ¿Sería brutalismo el edificio de Vázquez Consuegra, sede del MuVIM, o simplemente arquitectura contemporánea? Pues me lo quedo.

Un servidor, que no es experto, diría que como edificios a guardar destacarían dos: el complejo de la Universidad Laboral de Xest y su paraninfo -magnífico- construcción franquista de Moreno Barberá, reinterpretado por la arquitecta Cristina Grau, autora también del Auditori de Torrent y a petición de Carmen Alborch, y el archivo de la Filmoteca Valenciana en el Parque Tecnológico de Paterna, el único que fue diseñado como tal por Juan José Estellés. Un auténtico búnquer de reivindicación antifranquista.

La cuestión es que, mientras rebuscamos, hace tiempo que no hemos levantado un nuevo icono tras lo de Calatrava. Igual es que estamos 'pelaos', la modernidad se nos ha eclipsado o no funciona el audiovisual autóctono. Merece un análisis.

Publicidad

Por cierto, el Botànic, tan 'ejemplar' en sus actuaciones, destruyó parte de otro 'brutalista' antes de irse. Y sin complejos estéticos, arquitectónicos o históricos. Sólo con bemoles y demagogia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€

Publicidad