El término patrón procede del vocablo latino 'patronus' que refiere al tutor, guardián o protector. En el Antiguo Testamento se encuentran invocaciones a los santos ... intercesores como defensores ante la divinidad en favor de una determinada comunidad de fieles, un lugar o una actividad artesana.
La historia de los santos patrones de las profesiones se remonta a la Europa medieval, aunque su tradición no es exclusiva de la cultura y la fe cristiana, pues son figuras veneradas como guías en el hinduismo -el dios Ganesha-, el budismo japonés -la diosa de las artes y la música Benzaiten-, el islam -el profeta Muhammad-...
La Patrona de los arquitectos españoles es Nuestra Señora de Belén en su huida a Egipto, declarada el 12 de septiembre de 1949 por el Papa Pio XII, el pontífice de la Segunda Guerra Mundial, que promulga la Asunción de la Virgen como dogma de fe.
La progresiva masificación afecta al prestigio social y al estatus económico del colectivo
Sin embargo, su origen se halla más de trescientos años antes, en la Real Congregación de Arquitectos de Nuestra Señora de Belén en su huida a Egipto, una hermandad asistencial y de socorro mutuo, cuyas primeras Ordenanzas son de 1688.
Su crónica recoge la presencia activa de los más importantes maestros de obras y arquitectos -Francisco Sabatini, Nicolás de Churriguera, Vicente Lampérez, Pedro Bidagor, Luis Moya Blanco, Miguel Fisac...- artífices de las mejores páginas de la historia de la enseñanza, la restauración, la edilicia y el urbanismo de España.
Los arquitectos del XVII encuentran su patronazgo espiritual en el paisaje conocido como «el milagro de la palmera», cuya versión más descriptiva proviene del pseudo-Mateo. El texto apócrifo narra el descanso bajo la sombra de una palmera de la Sagrada Familia que huye del rey Herodes a Egipto.
El Niño hace que las ramas de la planta desciendan, acercando sus frutos para alimentar a su Madre, mientras que de las raíces brota un agua cristalina con la que saciar la sed del desierto. Las ramas convergiendo en bóveda, dan cobijo y camuflaje al Mesías y esa escena que la iconografía ilustra, inspira la idea del 'tectum' o techumbre de la primigenia construcción de naturaleza sagrada.
La cofradía cuenta con un legado artístico de enorme valor patrimonial e histórico, la capilla de Nuestra Señora de Belén, erigida por Francisco Moreno y remodelada (1766-68) por Ventura Rodríguez, cuyos restos reposan en la cripta junto a los del principal exponente del neoclasicismo hispano Juan de Villanueva.
La obra de Ventura está ampliamente documentada, con magníficos croquis y dibujos que permiten comprender un proyecto de reedificación que introduce una ornamentación barroca, con pilastras de orden corintio, cimborrio sobre pechinas, linterna cupulada...
La capilla se localiza en el interior de la iglesia de San Sebastián, en el madrileño barrio de las Musas (de las Letras), compartiendo protagonismo con las levantadas en el XVIII por comediantes y otros gremios profesionales.
Aunque la razón de ser la compañía es el espíritu de ayuda, el mutualismo y la beneficencia, constituye un precedente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1752), de la primera Escuela de Arquitectura (Madrid, 1844) y de los Colegios y Hermandades profesionales de los arquitectos.
La industrialización y la geopolítica del siglo XX conllevan una profunda modificación de las estructuras administrativas y sociales anteriores, redefiniéndose el marco competencial, técnico y organizativo de las profesiones liberales, sus atribuciones y responsabilidades.
La progresiva masificación, primero de las universidades y a continuación de los estudios afecta al prestigio social y al estatus económico del colectivo, a la vez que debilita la relación fraternal de sus integrantes. Los principios de solidaridad y ayuda -«non nobis, sed ómnibus» (no para nosotros, sino para todos)- se ven desplazados por un elitismo egoísta, el culto al bienestar individual y un materialismo pragmático.
En ese contexto, la Constitución de 1978 y el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de 1982 introducen un radical proceso de descentralización orgánica que culmina con la erección canónica por el cardenal Cañizares para su archidiócesis de Valencia, de una asociación propia en consonancia con la nacional.
Esa Real Congregación, se encuentra profundamente vinculada a la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari, restaurada gracias al mecenazgo de la Fundación Hortensia Herrero y considerada la «capilla Sixtina» del cap i casal.
Tan especial relación debe mucho al sacerdote y arquitecto Julián Magro Moro, catedrático de la Universidad Politécnica y párroco de la misma hasta su fallecimiento en 2013. Con su ejemplo y magisterio siempre fomentaría la presencia cristiana en la vida cultural y de un modo muy especial en la arquitectura y en el arte.
Porque la mayor herencia de las generaciones anteriores a las presentes, es su defensa constante del bien común, su humanismo y honestidad, siempre regidas por los valores éticos de la convivencia y apostando por lograr un mundo más justo y fraterno.
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