Los líderes europeos reaccionan a marchas forzadas ante el cambio de actitud de Donald Trump hacia Ucrania en aparente favor de Putin y lejos de ... sus aliados atlánticos. No sería de extrañar que se trate de la ya famosa estrategia de la estupefacción que utiliza por sistema Trump con posiciones maximalistas, groseras y matonas para conseguir los objetivos que realmente persigue. En realidad, hay muchos intereses económicos entre EE UU y la Unión Europea de los que tanto atraen al magnate sin escrúpulos metido a sheriff del mundo imponiendo sus reglas. En este momento, su verdadero enemigo por la hegemonía mundial es China y Trump necesita disponer de todos los recursos posibles para la región Asia-Pacífico y que los europeos se las arreglen sin tanta tutela de Washington.
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Se habla de 800.000 millones de euros en cuatro años pero la defensa y la seguridad no es solo cuestión de dinero a gastar, más bien una inversión, sino que se trata de conceptos, principios, valores y estrategias que necesitan ser preservados y garantizar la estabilidad que permite el progreso, el desarrollo y el Estado del bienestar. Pero eso cuesta y es lo que ha tenido Europa desde la Segunda Guerra Mundial, pero con el respaldo del gran hermano americano con unos presupuestos de defensa cada año, superiores a los 500.000 millones de dólares y lo lleva teniendo desde hace muchos años para responder a toda una estrategia y modelo perfectamente asumido y refrendado por sus ciudadanos. Incluidos los muertos y los heridos. Cierto que, además de controlar el mundo, EE UU tenía su rentabilidad, pero las crisis ha hecho mella.
Los europeos nos enfrentamos ahora a un cambio profundo del Estado del bienestar que disfrutamos con esfuerzo, pero limitado. No quiere decir que los europeos no hayan dedicado atención a su seguridad y defensa, pero ni mucho menos en los términos que eran necesarios para poder tener capacidad operativa y de disuasión para que aquellos como Putin que piensen en tener ambiciones expansionistas, no solo en Europa, ahora por ejemplo en África, se lo piensen dos veces porque se enfrentarían a una fuerza al menos tan potente como ellos o más. Ahora, sin los americanos, no es el caso y hay que tomar decisiones sobre la marcha que son imprescindibles pero que estarán condenadas al fracaso si no van acompañadas de decisiones de concepto y estrategia que impregnen en la sociedad. Que los ciudadanos sean conscientes de la verdadera realidad y de los esfuerzos y sacrificios que hay que afrontar.
La libertad y la democracia sin seguridad no son viables. Del Eurocuerpo al Ejército europeo van diez años al menos.
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