En los últimos días y con motivo de la entrega de los Premios Rei Jaume I 2024 se han publicado artículos y efectuado declaraciones de ... protesta por la ausencia de mujeres entre los siete ganadores. Este hecho no significa en absoluto que la Fundación imponga ningún tipo de directriz en este sentido. Precisamente, la ausencia de mujeres en 2024 muestra lo contrario: que cuando lo obtiene una mujer como lo hizo Margarita Salas hace treinta años, fue exclusivamente porque se lo merecía en igualdad de condiciones con los demás candidatos, la inmensa mayoría hombres. Muchos años más tarde, nuestra ilustre y pionera premiada nos envió un video a la jornada anual sobre 'Mujer, ciencia y empresa', a la que no pudo asistir por enfermedad. El video (que puede descargarse de nuestra web) contiene el más firme alegato contra la protección artificial de la mujer.
Esta opinión es compartida por la inmensa mayoría de las premiadas cuando se las consulta al respecto. Siempre exigen igualdad de salida en sus carreras, pero no necesariamente de llegada que debe ser juzgada independientemente de la condición de género: sin introducir cuotas ni establecer diferentes ligas como se hace en la mayoría de los deportes en los que se reconocen diferencias obvias de partida, que obligan a separar a hombres y mujeres en las competiciones.
La sospecha de que pudiera existir una estrategia institucional de equilibrio de género en cada convocatoria o a lo largo de las sucesivas ediciones, arruinaría el prestigio de los galardones más relevantes del ámbito español. La elevadísima reputación de sus jurados y de sus premiados se pondría en entredicho si se introdujeran correcciones y pautas de conducta desde la Fundación. Como es obvio, los Nobel no aceptarían ese tipo de cláusulas y tampoco los investigadores y empresarios se sentirían cómodos presentando sus candidaturas.
Los PRJI se convocan desde hace 36 ediciones para distinguir a los ganadores entre las candidaturas presentadas, con un criterio que contempla exclusivamente el grado de excelencia de los méritos aportados. Por excelencia se entiende, en materias científico-tecnológicas- que la persona haya descubierto algo desconocido hasta entonces o que su aplicación tenga una gran relevancia porque resuelve un problema importante. En la empresa, excelencia significa que se ha sabido ver y aprovechar una oportunidad que otros no ven y que, en consecuencia, se genera empleo, valor, bienestar fortaleciendo la capacidad competitiva del territorio.
El prestigio de los Premios Rei Jaume I se fundamenta, principalmente, en la calidad e independencia de sus jurados, a los que se incorpora de forma continuada una mayor proporción de mujeres. En el caso de los jóvenes jurados, la proporción es todavía superior ya que entre los post-docs internacionales el porcentaje de mujeres crece paulatinamente.
Aumentar las candidaturas femeninas es importante para dar visibilidad a los miembros de los jurados de la actividad creciente de las mujeres, aunque no puede garantizar su éxito. Conviene recordar que la Fundación no propone las candidaturas, sino que son los investigadores, las instituciones o las empresas quienes nominan a los candidatos y a las candidatas. En suma, la sociedad puede ayudar a descubrir las personas que merecen ser premiadas proponiendo su candidatura y ser más proactiva. No se olvide además que, a diferencia de otros premios, no puede ser elegido quien no se ha presentado.
Por otra parte, la Fundación no desvela nunca las personas que han presentado su candidatura con el fin de promover que continúen siendo candidatas en ediciones sucesivas actualizando sus currículos con los nuevos méritos acumulados. Lo que no sucede en una edición puede pasar en la siguiente y es importante insistir porque no obtener el premio en una edición no puede considerarse un fracaso, sin olvidar que la media entre los ganadores es del orden de tres a cuatro intentos (en los Nobel es de 7).
La Fundación comparte con el resto de la sociedad el deseo de que las mujeres tengan un mayor protagonismo en nuestros galardones y que el ritmo se acelere para acortar el desfase que se arrastra, Para corregir y contribuir a subsanar el retraso hay que ir a las causas. Desde hace más de diez años las premiadas han incrementado su presencia en las candidaturas y en los jurados, lo que contribuye a aumentar la visibilidad de la mujer tanto en la aspiración al premio, como en la capacidad de decisión sobre el mismo.
Los PRJI deben interpretarse como un indicador que mide la calidad investigadora y empresarial de una sociedad. Un termómetro que mide bien la temperatura, pero que no es culpable ni causante de esta. Atacar al termómetro es equivocar el objetivo y la solución. Una cuota no permitiría saber si la ganadora de un premio lo es porque ha sido considerada la mejor entre todos los candidatos o porque se ha cumplido con la norma. La causa y la solución reside en otra parte: en la sociedad, su grado de desarrollo, la tradición investigadora y empresarial, la atención que prestan las administraciones y las empresas a la I+D+i, la educación en la escuela, los referentes escolares y familiares y un largo etcétera, estudiado por especialistas en la materia. En todos estos frentes encontrarán apoyo en la Fundación, y aprovecho la ocasión para recordar que el plazo de candidaturas se encuentra abierto en este momento hasta el próximo día 10 de marzo.
Las directrices en los PRJI ni existen, ni se desean, ni tampoco se podrían introducir en la práctica básicamente por el rechazo de los jurados y desde el punto de vista práctico-por la simultaneidad temporal de sus decisiones. En definitiva, compartimos la preocupación por el problema, pero se objeta la solución que se propone. Las consecuencias serían devastadoras para unos premios que gozan de un prestigio indiscutible por la calidad de sus jurados, el acierto en sus decisiones y su importe económico y reconocimiento social.
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